La vida es hermosa si tienes a Dios contigo

Hermanos y Amigos

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Nacimiento de Jesús
 "Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.  Este primer censo se hizo siendo Cireneo, gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.
Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.
Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
!!Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.  Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho." (Mt. 1.18-25)

Jesús,el Mesías, el hijo de Dios, ha llegado, aleluya!!! Esa sensación de esperanza y alegría que llena el alma del creyente hoy, ha venido marcando a los fieles desde el día de su primera venida. 
En el humilde establo de Belén vino al mundo ante el corazón extasiado de sus padres. El asno y el buey le dieron calor. Fue creciendo como todos los niños, pero dotado de una sabiduría sobrenatural. Llegó a los treinta años. Empezó a predicar una doctrina nueva. Un revolucionario del amor, que llegaba con un discurso diametralmente diferente a todo lo escuchado hasta ese entonces: "Amaos los unos a los otros". Nadie le entendía. De hecho, lamentablemente aún hoy, muchos siguen sin entenderle. ¿Cómo pensar que es verdad esa religión del corazón sin fecha y sin patria, esa invitación a sentirnos parte de todos los seres de la tierra, cuando lo decretó junto al Pozo de Jacob en conversación con la samaritana?
Su nacimiento partió en dos la Humanidad, un antes y un después. Partió en dos las conciencias humanas: creyentes y no creyentes. Su doctrina es la esencia que queda haciendo abstracción de las imperfecciones a lo realizado por la Humanidad. Jesús no fue un dogmático ni un teólogo.
Es el creador de una religión del sentimiento puro. Y esta idea del joven Maestro ha sobrepasado el nivel de mediocre bondad más allá del cual nuestra especie humana no ha podido elevarse. Por eso somos incapaces de comprenderlo. Sólo podemos admirarle y amarle.
¡¡¡Feliz cumpleaños, mi amado Rabí de Galilea!!! ¡ Felíz navidad hermanos y amigos!

Gabriel Salgado
tiempodealabanza@gmail.com

¿La enfermedad se ha cruzado en el camino de tu vida? Jesús quiere sanarte


No hay momento en que la persona no se vea mas expuesta frágil que cuando se enfrenta a la realidad de la enfermedad o la muerte. La palabra que quiero compartir con ustedes , la escuché por primera vez de labios dé el predicador católico colombiano, Salvador Gómez, y fue de tal impacto en mi vida que ahora que han pasado muchos años desde que la escuché aún sigue golpeando mis oídos su mensaje como el primer día( Cielo y tierra pasarán, más mis palabras no pasarán. Lc. 21,33). El mensaje que ahora te comparto está lleno de simbolismos y de enseñanzas que podemos aplicar a nuestra vida diaria, para nuestro beneficio.
El mensaje está tomado del texto de Marcos 10, 46 – 52. La palabra dice así: “Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Animo, levántate! Te llama.» Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: « ¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!» Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino”. (Biblia de Jerusalén)
La palabra nos habla que Jesús una vez saliendo de Jericó, Lugar en el que no se manifestó su gracia y poder por la poca fe de sus habitantes, rodeado por sus discípulos y la multitud que siempre lo seguía, oye a la distancia una voz que le llama por su nombre moviéndole a detenerse. El que daba voces para llamar la atención del Señor era El ciego Bartimeo que como era usual en esos tiempos, vivía de la caridad del pueblo a las puertas de la ciudad ya que todas las personas que tenían algún defecto físico tenían prohibido ingresar a ellas.
La biblia dice que este se encontraba sentado junto al camino mendigando y que cuando por el murmullo de la gente que era el mismo Jesús que se acercaba se puso a gritar “: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». El sabía que la oportunidad de liberarse de su ceguera y de la condición miserable de vida que llevaba hasta ese entonces difícilmente se volvería a repetir. Era el Señor Jesús el que pasaba y con El pasaba la sanación y la vida.
Sin embargo, hubo “muchos que le increpaban para que se callara”. ¿Cuantas veces sucede lo mismo en nuestros tiempos? Cuantas veces nuestras amistades, familiares nos dicen que no le pidamos a Dios por nuestros problemas y males que nos aquejan sugiriéndonos conformarnos con nuestros males o buscar su solución en lugares alejados de su amor gracias y protección como son la brujería, chamanismo, curanderos. Más, ¿qué hizo el ciego?, ¿Guardó silencio? NOOO!, por el contrario, el gritaba con más fuerza! Con tal ímpetu, su clamor llegó a los oídos del Salvador.
Hermano y amigo, no desfallezcas en tu clamor, no permitas que la duda y el mundo te hagan perder la fe. Jesús quiere ayudarte, no te canses de llamarle y pedirle. Jesús no es indiferente al dolor de sus hijos. Por ello al escuchar los gritos que sobrepasa el bullicio de la multitud, se detiene y hace que llamen a quién pronuncia su nombre. Algunos le dicen a Bartimeo « ¡Animo, levántate! Te llama.» Esas personas son aquellas que Dios pone a nuestro lado para acompañarnos y apoyarnos en nuestros dolores. EI inmediatamente, “arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús”. Aquí tenemos otra enseñanza preciosa y profunda. El manto que llevaba el mendigo, generalmente fabricado de pelo de camello, significaba para todo para él. Era su protección contra el frío del desierto, era un techo para en los días de calor, era su casa, su abrigo y su protección. Pero, al escuchar la voz del Maestro no lo piensa 2 veces y dejando de lado sus seguridades corre al encuentro de su Señor que le llama.
Este paso de fe no queda sin recompensa de parte de Jesús. Nuestro Señor es tan precioso en sus amores y tan profunda su misericordia que tras preguntarle « ¿Qué quieres que te haga?» le concede la sanación que tanto anhela y la total liberación de sus males diciéndole: «Vete, tu fe te ha salvado.»
Amigo y hermano, si te encuentras en un momento de tu vida en que la enfermedad física o espiritual, el dolor o la soledad son tu permanente compañía, haz como el ciego de Jericó. Como Bartimeo llama a Jesús. Aunque todo el mundo te diga que tu problema no tiene solución o que es inútil pedirle a Dios, no te desanimes y llama a Jesús y El te dará su sanación.
Amigo, hermano, te invito a que en silencio de tu corazón cierres tus ojos y con desde tu corazón le digas:
Padre celestial, en esta hora te pido que perdones mis pecados y restaures mi vida. Creo que tu hijo Jesús murió y resucitó por mí; para darme la salvación y para que yo tuviese vida en abundancia.
En esta hora, le entrego las riendas de mí a Jesucristo y lo proclamo como el exclusivo Rey y Señor de mi vida. Acepto para mí la gracia que a precio de sangre Jesús me dio al derramar su sangre en la cruz del calvario y te pido que por su sangre y con el poder del Espíritu Santo me ayudes y sanes de todos mis males y enfermedades.
En el nombre de Jesús
Amén.


Gabriel Salgado P.


Gabriel Salgado - Tiempo de Alabanza: Ministerio Musical KAIROSrockatólico: Conocenos un...

Gabriel Salgado - Tiempo de Alabanza: Ministerio Musical KAIROSrockatólico: Conocenos un...: Amigos y hermanos: Ahora que nos acercamos al término de un hermoso e intenso ciclo de un año de presentaciones del recital “Toda la ti...

Ministerio Musical KAIROSrockatólico: Conocenos un poco más


Amigos y hermanos: Ahora que nos acercamos al término de un hermoso e intenso ciclo de un año de presentaciones del recital “Toda la tierra te adorará”, basado en los temas del cd homónimo, que vio la luz en abril del 2013, debemos agradecer a Dios por toda la bendición que trajo a nuestro ministerio y a las comunidades que visitamos llevando este mensaje musical. 
Con el recital “toda la tierra te adorará”, recorrimos muchos kilómetros en nuestro país y el extranjero en respuesta a las invitaciones de tantas parroquias y comunidades que sintieron la moción del Santo Espíritu de escuchar de nuestros labios la palabra y la música que era necesario que ellos recibieran a través nuestro.
Ahora que quedan unas pocas presentaciones para abocarnos de lleno a la producción de nuestro próximo trabajo musical, consideramos importante que ustedes conozcan un poco más de nuestro ministerio, sus orígenes y la labor que realizamos en estas latitudes de la viña de Padre por medio de este hermoso privilegio que nos ha regalado que es adorarle y llevar a tantos y tantos a conocerle a través de la música y la palabra.
Por ello, aquí va una pequeña reseña del ministerio KAIROSrockatólico y quienes lo componemos.

  Breve Biografía de KAIROSrockatólico

KAIROSrockatólico es una banda chilena de Rock-pop cristiano, nacida en el seno de la Renovación Carismática Católica el año 1997 y que pone al servicio del pueblo de Dios encuentros y retiros de adoración y alabanza, labor desarrollada intensamente en el sur de Chile y Sudamérica.
Los Miembros del Ministerio KAIROSrockatólico son:
  • GABRIEL SALGADO:            Voz principal y 2ª guitarra
  • ISIDRO “Chilo” CARREÑO:  2ª guitarra, coros
  • JOSÉ GATICA:                         Guitarra 1ª, coros
  • MAURICIO PITTET:               Bajo
  • ROGER ANDAUR:                  Batería
Aparte de músicos consagrados a Dios, los miembros de la banda desarrollan otras actividades y así, Gabriel es Orientador Familiar y profesor de inglés; Chilo se desempeña en una empresa de obras viales; José es para-docente en un liceo y estudia Psicología; Mauricio es Vendedor y Roger recién egresado de Acústica de la U. Austral de Chile.
La música, mensaje y el ministerio de KAIROSrockatólico, están insertos dentro de un plan misterioso de Dios que está llegando a todos los rincones de América Latina.
En abril del 2013 lanzan su último cd con 12 temas originales, denominado “Toda la tierra te Adorará”.
El pensamiento de KAIROSrockatólico es: "La música que el Espíritu Santo nos inspira es exclusivamente para alabar a Dios y para servir de apoyo a su pueblo disperso por la tierra”.
Los 5 miembros de la banda, viven en la ciudad de Valdivia, Región XIV de los ríos, Chile. Desde aquí visitan diversas partes de Chile con su ministerio en respuesta a las invitaciones de comunidades cristianas del país para que les visite llevando la palabra de Dios y música.

 A la fecha el ministerio ha producido 6 cds en forma independiente. Ellos son:
  • Alabanzas Kairos I
  • Vuelve a Jesús
  • El privilegio de Adorarte
  • Aún estamos Aquí
  • Alabanzas Kairos II
  • Toda la tierra te adorará
 En este momento, la banda esta abocada a terminar con las 6 últimas presentaciones que tiene agendada del recital: “Toda la tierra te Adorará”, y orando y ensayando nuevas canciones de su próxima producción musical, la que aún o tiene nombre y de la que hay listos 5 nuevos temas, siempre en su estilo rock melódico.
Es importante que sepan que pueden descargar sus 6 CDS mencionados anteriormente desde este blog y en forma gratuita. El único compromiso sería compartirlos con otras personas y comunidades.
Ahora que ya saben un poco más de nosotros, queremos contarles que nuestro ministerio está abierto a servir a toda la Iglesia Católica, sin hacer diferencias de grupos, ya que en Cristo somos un solo cuerpo cuya cabeza es EL. Además, y como una forma de agradecer a Dios por tantas bendiciones recibidas de su parte es que como política interna, el ministerio ha establecido no cobrar por sus servicios ( la algunas veces mal llamada “ofrenda de amor”), sólo lo que se relaciona con los gastos de traslado y en algunos casos lo financia con el 10% del traslado de su parte.

Este es el ministerio que DIOS ha confiado a estos chilenos y que está a vuestra disposición.


Un abrazo a la distancia y Bendiciones.
Contactos: tiempodealabanza@gmail.com





"¿Quién eres tú Espíritu Santo?


"¿Quién eres tú Espíritu Santo?
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” Jn 14,16-17
Amigos y hermanos: Este sábado recién pasado, estuvimos celebrando con nuestro ministerio musical junto a la comunidad de Santa Inés, Isla teja, Valdivia, Chile, uno de los eventos más trascendentales en la vida de la iglesia y que de hecho, marca su glorioso inicio, la llegada del Espíritu Santo a la comunidad cristiana naciente tras el retorno del Señor Jesucristo a la presencia del Padre. 
¿Quién es este Espíritu Santo tan anunciado por Jesús?  Queridos hermanos y amigos, si hay una persona más interesante e Profunda y misteriosa, esa es la persona del Espíritu Santo. Tierno y dulce como un niño; poderoso y terrible como el más magnífico de los guerreros. Sabio e inteligente. Ha estado a nuestro lado desde hace más de 2000 años enviado por el mismo Padre creador, con la misión de guiar y proteger a su pueblo disperso por el mundo. Su labor ha sido titánica más lo que sabemos acerca de El y su persona son sólo chispazos de su esencia. Es esa fascinación por su persona la que nos mueve a escribir esta reflexión. Les invito a acompañarme en esta dulce aventura.

Hay muchos conceptos erróneos sobre la identidad del Espíritu Santo. Algunos ven al Espíritu Santo como una fuerza, una energía mística. Otros lo ven como el poder impersonal que Dios pone a disposición de los seguidores de Cristo. Energía, fuego, paloma, viento, Todo ello son símbolos de El, pero no son El.

¿Qué dice la Biblia acerca de la identidad del Espíritu Santo?

I.                   El Espíritu Santo es Dios:
 Esto aparece en muchas partes de las Escrituras como: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios”. Hechos 5:3-4.
 Pedro confronta a Ananías por haber mentido al Espíritu Santo, y le dice que él “no había mentido a los hombres sino a Dios”. Es una clara declaración de que mentir al Espíritu Santo es mentir a Dios.

I a.- Posee los atributos o características de Dios

1.- Es omnipresente: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”. Salmos 139:7-8

 2.- Es Omnisciente: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios”. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” 1ª Corintios 2:10  

II. El Espíritu Santo en una persona:

 La Biblia dice que el Espíritu Santo es Dios. Es una Persona, un Ser con una mente, emociones, y una voluntad. Esta persona actúa como Consejero y Consolador, tal como Jesús prometió sería “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Jn14,26
El enseña (1ª Corintios 2:13). “…Hablamos no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual”
El siente y se entristece (Efesios 4:30) Y no entristezcan al El Espíritu santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención”
 El intercede por nosotros (Romanos 8:26-27).”Y de igual manera el espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues no sabemos como pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”
El toma sus propias decisiones (1ª Corintios 12:7-11) “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.”

Amigo y hermano,  El está esperando que le llames a caminar contigo. Haz de saber que El Espíritu Santo de Dios está aquí desde la partida de Jesús, siendo su representante y ansioso de que le invites a caminar a nuestro lado.

 ¿Y tu, amigo y hermano, que esperas para hacerlo tu aliado, confidente, consuelo y apoyo en tiempos difíciles? Hoy te digo que tienes mucho que ganar y nada que perder.

Te propongo que te tomes un tiempo y buscando un lugar tranquilo le invites a entrar en tu vida haciendo la siguiente oración:


 “Santo y glorioso Espíritu de Dios, en esta hora te pido que vengas a mi vida. Ven, espíritu divino, y manda desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres, Dios esplendido en tus dones. No hay consuelo como el tuyo, dulce huésped de las almas, mi descanso. Suave tregua en las fatigas, brisa en la hora del bochorno, paz en medio del llanto y la desesperanza. Luz santísima, penetra en mi alma hasta el fondo y ayúdame. Borra el rastro de lo inmundo en mí, llueve tú en mi sequía,¡Ven y sáname!Llevate mi tristeza y dolor. Doma todo lo que es rígido, funde el témpano, encamina lo extraviado. Dame tus sagrados siete dones y carismas. Dame la paz que mi vida necesita, la salvación y perpetua alegría. Nececesito de ti"

AMEN

(Amigo y hermano: Si deseas que compartamos con tu comunidad temas tan interesantes como este, nuestra oración y la música de nuestro ministerio, no dudes en contactarnos a: tiempodealabanza@gmail.com)

 Paz y Bien
Gabriel Salgado

La Ascención gloriosa de Jesucristo al cielo



"La Ascensión gloriosa de Jesucristo a los Cielos"
Respecto a la ascensión de nuestro salvador al cielo, la palabra dice así:
“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” Hchs, 1: 6-11

Dice un antiguo refrán popular: "Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión". Y este último evento es el que celebra la cristiandad en estos días. Cuarenta días después de la resurrección, Jesús y sus apóstoles fueron al Monte de los Olivos que se encuentra en las inmediaciones de Jerusalén. Una vez allí, después de prometerles la inminente llegada del Espíritu Santo, se fue elevando a la vista de ellos por los aires hasta que una nube lo ocultó de sus ojos. Amigos y hermanos, debemos tener la certeza que esta ascensión de Jesús fue literal, tornando en forma corporal a los cielos. Él se levantó gradual y visiblemente de la tierra, siendo observado por muchos atentos espectadores. Mientras los discípulos se esforzaban por echar una última mirada a Jesús, una nube lo ocultó de sus ojos, y aparecieron dos ángeles que les prometieron que Cristo regresaría “…tal como le habéis visto ir al cielo.”

Hace unos días conversaba con hermano de nuestro ministerio musical y en un momento de nuestro diálogo, la conversación paró en una pregunta trascendental ¿Cual es el real significado e importancia de la ascensión de Jesucristo a los cielos? La respuesta es que era necesario hacerlo para  que se cumpliesen 3 objetivos fundamentales en su ministerio y en plan de salvación del Padre para nosotros los hombres y estos son:
  1. Para retomar posesión de su gloria, que abandonó por amor de nosotros. Mateo 17:1-9
  2. Para enviar el Espíritu Santo a los Apóstoles y a su Iglesia. Jn 14:16-17
  3. Para ser en el Cielo Mediador e Intercesor nuestro. Hebreos 9:15. y para prepararnos tronos de gloria. Jn. 14.2
Su ascensión marca el fin de su obra en la tierra. Su período de limitación humana había terminado y volvía a retomar de manos de Dios su gloria primera. La gloria de nuestro salvador estuvo limitada durante su tiempo en el mundo, con una breve excepción en la Transfiguración. Ahora, El retornaba al Padre pero no nos dejaría solos. Con su partida llegaba el tiempo del Paráclito.
¡EL Fuego de Dios inunda la tierra, Hallelujah! Gloria a Dios!

Gabriel A. Salgado P.
http://www.tiempodealabanza.blogspot.com
tiempodealabanza@gmail.com


”EL CRUCIFICADO YA NO ESTÁ AQUÍ… ¡EL HA RESUCITADO!”
¡¡¡…Suenen campanas, suenen tambores, suenen guitarras y hosannas a Dios.
Renace el día, surge la luz. Cantemos hermanos un himno a Jesús.
Porque Cristo resucitó!!!!…

Decía el verso de una antigua y hermosa canción que entonábamos alegres en la iglesia pequeña de mi pueblo y este mensaje bello, hoy llena de gozo el corazón de todo creyente en Jesucristo.

El, el hijo de María, El Señor, Jesús de Nazareth, el Hijo de Dios, Nuestra esperanza, Nuestro sustento, Nuestro refugio, Nuestra Pascua Inmolada, ha vencido a la muerte y ha resucitado con poder y gloria.
¡Cristo vive! Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe.
Jesús, que murió en la cruz, ha resucitado. Ha triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia.
Como cristianos, es imposible que esta noticia nos deje indiferentes. Basta de angustias y tristezas; es tiempo de alegría. De una alegría que no se limita a esta época del año litúrgico, sino que se instala en todo momento en el corazón del creyente, porque Jesús está vivo.
Jesús no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos. ¡No! Cristo vive. Jesús es el Emmanuel; Dios con nosotros.
Su Resurrección nos revela que Dios no abandona a los suyos. ¿Puede la mujer olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues aunque se olvidara, yo no me olvidaré de ti, había prometido el Señor, según lo relata el libro de Isaías. Y ha cumplido su promesa.
La Resurrección gloriosa del Señor es la clave para interpretar toda su vida, y el fundamento de nuestra fe. Sin esa victoria sobre la muerte, dice San Pablo, toda predicación sería inútil, y nuestra fe estaría vacía de contenido.
La Resurrección de Cristo es la realidad central de la fe cristiana. La importancia de este milagro es tan grande, que los Apóstoles son, ante todo, los testigos de la Resurrección. Anuncian que Cristo vive, y este es el núcleo de toda su predicación. Esto es lo que, después de veinte siglos, nosotros anunciamos al mundo: ¡Cristo vive! La Resurrección es el argumento supremo de la Divinidad de Nuestro Señor.
Jesucristo vive. Y esto nos colma de alegría el corazón. Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Jesús, que murió en la cruz, ha resucitado, ha triunfado sobre el dolor y la muerte. En Él, encontramos todo. Fuera de Él, nuestra vida queda vacía.
La Resurrección de Jesús, no tuvo otro testigo que el silencio de la noche pascual. Ninguno de los evangelistas describe la Resurrección misma, sino solamente lo que pasó después. El hecho de la Resurrección misma no fue visto por nadie, ni pudo serlo. La Resurrección fue un acontecimiento estrictamente sobrenatural. No se puede constatar por los sentidos de nuestro cuerpo mortal, ya que no fue un simple levantarse de la tumba para seguir viviendo como antes. La Resurrección es el paso a otra forma de vida, a la Vida gloriosa.
Mateo narra este hecho trascendental para toda la humanidad de esta manera:

"Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos".( Mt. 28, 1-8)


María de Magdala fue a visitar el sepulcro de Jesús, al amanecer del primer día de la semana, del Día del Señor. Este día, es el amanecer de la Nueva Creación en Jesucristo. En el Señor es renovada la primera creación, que había caído bajo la corrupción del pecado. Por eso los cristianos santificaron desde el comienzo este día.

María de Magdala es precisamente una de aquellas mujeres que estaban al pie de la cruz de Jesús viendo todo el dolor y la entrega del maestro. Y que también estuvieron presentes cuando lo sepultaron. Así que no hay error posible a propósito de la tumba de Jesús.
El Señor ha resucitado de entre los muertos, tal y como lo había dicho. Alegrémonos y regocijémonos todos, porque ahora EL reina para siempre, aleluya!
Nunca falta la alegría en el transcurso del año litúrgico, porque está permanentemente relacionado, de un modo u otro, con la solemnidad pascual, pero es en este día, Domingo de Pascua de Resurrección, cuando este gozo se pone especialmente de manifiesto.
Con la Muerte y la Resurrección del Señor hemos sido rescatados del pecado, del poder del demonio y de la muerte eterna.
Hermanos, el que venció a la muerte tiene en sus manos el poder para sanarte de tus enfermedades físicas y del alma. El tiene el poder para restaurar tu hogar destruido, para vencer el vicio que te domina. El tiene el poder para vencer la depresión que no te deja, El tiene el poder para darte una vida completamente nueva y lo quiere hacer ahora por tí.
Si sientes que ya no hay forma de cambiar tu vida; si la ciencia no te ofrece una salida más que resignarte a una muerte segura, es hora de darle la oportunidad al que volvió de entre los muertos de hacer su obra de restauración en ti.
No tienes nada que perder, pero mucho que ganar. Por ello, te invito a que con fe hagas esta siguiente oración:

“Señor Jesús, tú que venciste la muerte y el pecado con la fuerza del Espíritu Santo. En esta hora en que el mundo entero celebra tu gloriosa resurrección, vengo ante ti y te suplico que también me resucites con tu sangre y su poder. 

En tus manos deposito mi vida, sabiendo que tu muerte en la cruz fue para que yo alcanzara la salvación y que por tus santas llagas fuera sanado. 
Jesús, ten compasión de mí. Me arrepiento de todos mis pecados y te ruego que también me resucites de mis pecados, vicios y enfermedades. Por tu gloriosa resurrección dame la vida que tu quieres para mí y me entrego a tu santa voluntad de cuerpo alma y espíritu.
Gracias mi Señor, por oír mi oración Señor,
Amén”

¡¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!!


Gabriel A. Salgado P.
Ministerio musical KAIROSrockatólico


¡Vivamos la Cuaresma con Esperanza Renovada!

"¡Vivamos la Cuaresma con Esperanza Renovada!"

Queridos hermanos y Amigos: Los cristianos del mundo estamos en estos 40 días, en la preparación de los que será la rememoración de la obra de amor más gloriosa y sorprendente que el universo tenga noticia. Esto es la entrega y sacrificio voluntario del mismo Dios de dioses y Señor de todo lo creado para salvar de la muerte y destrucción al género humano que había perdido el camino.

Sin tener la necesidad ni la obligación de hacerlo, sólo movido por su amor y misericordia, Jesús, Dios hecho hombre, se entregó para morir en cruz, encarnecido y humillado y pagar así con su sangre el precio por tu salvación y la mía.

Qué muestra más grande de amor. La pregunta que ahora me nace es ¿Existe forma de pagar por tan magno sacrificio? La respuesta es un rotundo  no… No hay forma de pagar tan grande sacrificio y tan excelsa muestra de amor, pero sí tenemos un hermoso desafío. El desafío es hacer de nuestras vidas una imitación de la vida de Jesús. ¡Estas dispuesto a aceptarlo?
"Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados" Ef. 5:1

Seamos Imitadores de Cristo
 Una persona dijo que nuestra vida cristiana debiera estar marcada por un constante esfuerzo de imitación de la vida de Jesús. Esto me recuerda una historia acerca de mi querido Francisco de Asís. Cuentan que al comienzo de su vida en comunidad, sus hermanos se extrañaban que el leyera tan poco la biblia y que acudiera a ella sólo cada 2 o 3 semanas, leyéndola un poco y no la volviéndola a abrir hasta pasado ese tiempo. Intrigado, uno de sus hermanos menores le preguntó un día: ¿Hermano Francisco, porqué no lees la biblia todos los días sino que lo haces sólo cada 2 o 3 semanas? Francisco le respondió: Leo un poco de la palabra y dejo pasar tanto tiempo, porque quiero hacer vida en mi vida cada uno de los pasajes que recorro cada vez que la abro.

Si decides ponerte a caminar tras la imitación de Jesús, lo primero que debes saber es que aparte de tu buena voluntad, debes invitar al Espíritu Santo a caminar contigo ya que solo El tiene el poder para hacer los cambios que Dios quiere efectuar en nuestras vidas. Este proceso se llama santificación. No puedes reproducir el carácter de Jesús si dependes de tu propia fuerza. Por el contrario, debes confiar y prestar atención al Espíritu que mora en nosotros y dejarte conducir por El.

En la medida en que el Espíritu de Señor opera en nosotros, nos parecemos más a él y reflejamos más su gloria” 2 CORINTIOS 3:18
No te desanimes en tu camino. Pruebas vendrán tenlo por seguro. No te olvides que el enemigo querrá que dejes tu decisión de lado y recurrirá a todo su arsenal para hacerte desistir. Pero debes tener claro que la madurez espiritual no es instantánea ni automática; es un desarrollo gradual y progresivo que llevará el resto de tu vida. Nuestra transformación espiritual se completará cuando por fin estemos con EL.

Libérate del hombre viejo que hay en ti
 El primer paso para comenzar a seguir los pasos de Jesús es procurar empezar a actuar de una manera nueva. Tendrás que abandonar algunas rutinas viejas, desarrollar hábitos nuevos y cambiar intencionalmente tu manera de pensar. Nada es imposible para Dios. La oración y los sacramentos son un apoyo fundamental para avanzar en esta etapa.

Hay dos partes en el crecimiento espiritual: La voluntad de cambiar y producir el cambio. Poner toda nuestra voluntad en cambiar es nuestra responsabilidad, el producir el cambio es tarea del Espíritu Santo. Sinceramente creo que toda transformación en la vida del hombre y el consiguiente crecimiento espiritual es un esfuerzo de colaboración entre nosotros y el Dios.
La palabra respalda lo que les digo cuando te dice: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas." Josué 1:9

 Cambia tu manera de pensar, ya que como según como pienses será tu estado de ánimo y este es determínate en tu forma de actuar. Por ello es que es fundamental cambiar nuestros viejos patrones mentales y adecuar tu manera de pensar y ver las cosas a la de Jesús, respecto a ti mismo, al pecado, a otras personas, a la vida, a tu futuro y a todo lo demás.
“Cambien su manera de pensar para que así cambien su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que es grato, lo que es perfecto.” ROMANOS 12:2

El segundo paso es que dejes que su palabra te transforme. En estos tiempos que corren y todo se pone en duda, los Cristianos estamos constantemente siendo probados en nuestra confianza en Dios y su palabra. Muchos relativizan la autoridad de las sagradas escrituras, pero debemos en todo tiempo mantener nuestra confianza en que la biblia es palabra de Dios y por lo tanto está llena de autoridad y esta certeza debe llenar tu vida. Opta por la Biblia como la máxima autoridad, a pesar de la cultura, la tradición, la razón o la emoción. Recuerda la promesa de Jesús:
“Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” JUAN 8:31-32.

Es sobrenatural la experiencia que tienen aquellas personas que hacen del estudio de la palabra de Dios un hábito en sus vidas. En primer lugar, la fe se ve fortalecida, nos muestra la perspectiva de Dios frente a los hechos que acontecen en nuestras vidas y la forma que nos sugiere para abordarlos, nos conduce a una intimidad con nuestro creador y con su hijo mediante el conocimiento de su forma de ver la vida. Que preciosa forma de vivir en intimidad con su amor, sabiendo lo que nuestro creador piensa, cómo actúa y cómo nos ama.
“Toda palabra de Dios es digna de crédito” Proverbios 30:5

 Es mi anhelo que llegues a buen puerto con esta intención de imitar al Salvador. Cuaresma es un buen tiempo para ponerse en campaña…

 Paz y Bien

Gabriel Salgado P.

¿Porqué adorar a Dios?



Saludos en Jesús y María queridos hermanos:
Les cuento que el fin de semana recién pasado, del 28 de Febrero al 02 de marzo, tuve el gozo de participar en un encuentro en dependencias del la casa de ejercicios del obispado, en la ciudad de concepción, que convocó alrededor de 50 hermanos  que participan en la Renovación en el Espíritu Santo de esta ciudad. El encuentro de 3 días estuvo lleno de gracias alabanza y fuerza del Espíritu Santo. Ahora que han pasado unos días de aquella preciosa experiencia, pude confirmar el inmenso  poder liberador y sanador que  el Padre derrama cuando su pueblo le busca en adoración; cuando todos los corazones se unen como uno sólo con el único objetivo de dar honor y gloria a Dios por medio de la alabanza en comunidad. Esos momentos intensos y de profunda  intimidad con El, me hicieron recordar la siguiente reflexión que hace un tiempo escribí y que ahora quiero compartir con ustedes en la esperanza de que ella  les motive a buscarle más intensamente en la alabanza y en la intimidad de la adoración.
Alabanza y adoración
Ambos actos son propios del creyente que reconoce la grandeza de Dios. Ambos son distintivos de la vida piadosa y fuente de enriquecimiento espiritual. Un cristiano vivo alaba y adora a Aquel a quien ama y sirve. Posiblemente muchos verán en el título dos términos sinónimos, pero en realidad no significan exactamente lo mismo. Muchas veces en la alabanza hay adoración y la adoración va acompañada de alabanza, pero no siempre. De ahí la conveniencia de ahondar en el significado de ambas palabras, pues ambas expresan aspectos fundamentales de la experiencia cristiana.
La alabanza
Alabar, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, es «elogiar o celebrar con palabras». Significa también ensalzar o glorificar. La alabanza puede tributarse a una persona por algún hecho o virtud sobresaliente. Pero en la Biblia la alabanza por excelencia se reserva para Dios, hacedor de maravillas y dador de todo bien. Dios es alabado por lo admirable de su obra en la creación (Sal. 104), por la redención de su pueblo (Éx. 15:1-21), por su perdón y su poder restaurador (Sal. 103:1-3) porque él «nos corona de bienes y misericordias» (Sal. 103:4). Es lógico deducir que la alabanza es una expresión gozosa surgida de espíritus agradecidos por lo que Dios es y por lo que hace. Ese gozo, desde los tiempos más antiguos, ha inspirado preciosos cánticos al pueblo de Dios, a menudo acompañados de música instrumental, como lo podemos comprobar en el Salmo 150. La alabanza, como puede verse en muchos de los salmos, ha constituido siempre un elemento esencial en el culto de la comunidad creyente.  Este aspecto comunitario de la alabanza invita a la reflexión, dada la importancia creciente que se le da en muchas iglesias, no siempre de modo equilibrado. Es lógico que, si el culto es la hora de encuentro de los creyentes con Dios, éstos le ensalcen y proclamen su gloria. Pero no parece justificado que la alabanza llegue a convertirse en el elemento principal, a veces en detrimento de la predicación de la Palabra. Quizá se olvida que es a través de ella como Dios nos habla. El encuentro con él en el culto no debe reducirse a un monólogo. Ha de ser un diálogo en el que la alabanza sea una respuesta a lo que la Palabra nos dice.La importancia del contenido de la alabanza se hace evidente si tenemos en cuenta uno de sus aspectos esenciales, frecuentemente olvidado. En el Antiguo Testamento la palabra más frecuentemente usada para expresar la idea de alabar es yadah (confesar). En efecto, lo que declaramos cuando alabamos a Dios es una confesión de nuestra fe en él, un proclamación de su magnificencia y de las gloriosas verdades que hallamos en su Palabra. La finalidad de la alabanza es glorificar a Dios, no exhibirnos a nosotros mismos, especialmente pienso en los ministerios de música. Con profunda devoción hemos de hacer nuestras las palabras del salmista: «Alaba, oh alma mía, al Señor. Alabaré al Señor en mi vida, cantaré salmos a mi Dios mientras viva» (Sal. 146:1-2).
La adoración
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la adoración suele incluir todos los elementos del culto. Pero nunca debería perderse de vista el meollo del concepto. Los términos bíblicos usados para expresar la idea de «adorar» significan literalmente inclinarse hacia adelante, prosternares. Es la acción propia del siervo ante su señor; indican respetuoso sometimiento y obediencia. En el lenguaje religioso significa sumisión reverente a Dios, reconocimiento de su soberanía, acatamiento de su voluntad. Es exclamar humildemente: «¡Señor mío y Dios mío!».Esta prosternación ante la divinidad suele efectuarse como resultado de una manifestación extraordinaria de la grandeza divina (Éx. 4:31; Éx. 12:27; Éx. 33:10). Adoramos a Dios maravillados al contemplar, por ejemplo, una espléndida puesta de sol; al recogernos en el silencio de un templo cristiano; al escuchar un coro que alaba a Dios y ensalza sus obras. O al meditar en la muerte redentora de Cristo y en su gloriosa resurrección. En estos casos es relativamente fácil adorar al Señor. Pero hay otras situaciones en las que la adoración parece fuera de lugar o incluso imposible. Sin embargo, el cristiano debe ser un adorador perenne. Veamos algunas de las circunstancias en que debe reconocer con espíritu sumiso la presencia y la intervención de Dios.
Adoración ante las maravillas de la providencia
La inmensa mayoría de personas, en un momento u otro de su vida, tiene la experiencia de que todo le va bien: las dificultades desaparecen; los problemas se resuelven, y todo parece ordenado por una mano benéfica. El ateo dice: «¡Suerte!». El orgulloso: «Me lo merezco». Pero el creyente ve en ello la providencia amorosa de Dios. Así interpretó el mayordomo de Abraham los acontecimientos que sobre su viaje en busca de mujer para el hijo de Abraham se narran en el capítulo 24 del Génesis. Al ver que todo se había desarrollado de modo maravilloso, «se inclinó y adoró» (Gn. 24:26). La explicación la da él mismo en el versículo siguiente: «Bendito sea Yahvé, que no apartó de mi amo su misericordia y su fidelidad, guiándome Yahvé en el camino a casa de los hermanos de mi amo». Se daba cuenta de que había un factor divino en cuanto le acontecía. Es lógico que, ante la manifestación evidente del Señor de su señor, se inclinara y adorara. ¿Es esa nuestra actitud cuando la vida nos sonríe con experiencias placenteras o, como los escépticos, también pensamos que «es normal»? Reconocer la inserción de Dios en nuestra vida es el principio de la verdadera piedad.
Adoración ante lo incomprensible
Es relativamente fácil reconocer al Dios presente en situaciones de bienestar. No lo es tanto cuando hemos de enfrentarnos con pruebas duras, cuando fácilmente nos asaltan dudas sobre el poder y el amor del Altísimo, cuando no entendemos el porqué de muchas cosas, cuando la realidad de lo que sucede parece contradecir las promesas divinas. Este fue el problema de Abraham cuando Dios le pidió que le ofreciera su único hijo, Isaac, en sacrificio. ¿Cómo podía armonizarse la muerte del unigénito con la promesa que Dios había hecho al padre? ¡Incomprensible misterio! Pese a todo, Abraham se mantuvo sumiso ante la soberanía de Dios y se dispuso a consumar el sacrificio con su propia mano, convencido de que Dios es poderoso aun para resucitar a los muertos. Por eso, llegados a la falda del monte Moriah, dice a sus siervos: «Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros» (Gn. 22:5). Adoración, acatamiento de la soberanía divina aun sin entender. La fe en pugna con la razón, pero sometiéndose a Dios. Cree y actúa «en esperanza contra esperanza... plenamente convencido de que Dios es poderoso para hacer lo que ha prometido» (Ro. 4:18, Ro. 4:21).Más impresionante, si cabe, es el ejemplo de Job. Un viento huracanado de adversidad se ha desatado sobre él. Ha perdido su hacienda y sus hijos. Pronto perdería su salud. Y quedaría sumido en una perplejidad torturadora al no poder entender la actuación de Dios. ¿Qué hace ante tamaño infortunio? «Se levantó, rasgó su manto, rasuró su cabeza, se postró en tierra y adoró» e(Job. 10). Comprende que todo en esta vida es contingente y bendice el nombre de Dios, sea cual sea el destino que le tenga reservado (Job. 1:21; Job. 2:10). Eso es adorar.
Adoración ante el Cristo glorificado
En el capítulo 5 del Apocalipsis hallamos una descripción sublime del Señor Jesucristo. Es el Cordero de Dios (Ap. 5:6) que quita el pecado del mundo, el único que puede abrir los sellos de la historia humana. Lo más sobresaliente es que con su sangre nos redimió (Ap. 5:9). La magnificencia de su obra le hace acreedor a «la alabanza, el honor, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos» (Ap. 5:13). Ante una visión tan maravillosa, no sorprende lo que los «cuatro seres vivientes» (seres celestiales) y los «veinticuatro ancianos» (representando a la totalidad del pueblo de Dios) hicieron: «se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos» (Ap. 5:14). ¿Podemos abstenernos de hacer lo mismo nosotros hoy, individualmente y como iglesia? La adoración también tiene una dimensión comunitaria. La Iglesia cristiana ha de ser una Iglesia adoradora que reverentemente, con gratitud y entrega, se postra ante su Señor.
A modo de conclusión, valga un último ejemplo. Cuando en días de Moisés la gloria de Yahvéh (la shekinah) descendía sobre el tabernáculo a ojos de todo el pueblo, «se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y, postrado, adoraba» (Éx. 33:10). Nosotros, pueblo cristiano, vemos resplandecer la gloria de Dios de modo inefable en la faz de Jesucristo. ( 2 col. 4:6? ¿No le adoraremos? ¿No confesaremos: «Oh Dios, tú eres nuestro Señor. Como siervos, nos sometemos gozosamente a ti. Ayúdanos a hacer tu voluntad»? Sí, y en el seno de la comunidad creyente, nos diremos unos a otros: «Venid, adoremos y mostrémonos; arrodillémonos delante del Señor, nuestro Hacedor» (Sal. 95:6).En esa experiencia de adoración seguramente no faltará la alabanza, el gozo profundo. Y ello nos moverá a cantar: «Con labios de júbilo te alabará mi boca» (Sal. 63:5). 

Gabriel A. Salgado P.