San Pablo declara que nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino que contra huestes espirituales, vale decir, los cristianos estamos en una lucha permanente contra enemigos que no son palpables en el plano físico y que buscan constantemente apartarnos del Padre de amor que tenemos dejándonos expuestos a su influencia y a todo el mal que puedan ellos mismos o sus seguidores ocasionarnos.
Sinceramente debo contarles que años atrás, la afirmación anterior me habría sonado a exageración, como a ti ahora puede parecerte. Eso es precisamente lo que el enemigo quiere hacerte creer. Te susurra: “no hagas caso, el diablo no existe” .“Como puede haber gente en el siglo 21 que aún crea esas tonteras”.
Mas la realidad y el mismo Jesús corroboran su real y maligna existencia. Pedro nos previene a ser sobrios y a estar alerta cuando nos dice: ” Sed sobrios y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;…” 1 Pedro 5,8
Sin embargo, no debemos creer, ni por un instante, que estamos como pobres corderos a expensas del león que nos acecha. Muy por el contrario, hermanos y amigos, los seguidores de Cristo tenemos muchas armas para defendernos y contraatacar a nuestros enemigos. Una de ellas y la más poderosa es la misma sangre de Jesús. Aquella Preciosa Sangre, derramada en el madero por tu salvación y la mía,es la que destruye fortalezas y hace huir despavorido al enemigo y sus huestes.
Por ello, Hoy te invito a protegerte y a proteger a los tuyos de todo peligro y maldad, tanto en el plano físico como en el espiritual, repitiendo la siguiente oración de protección y no quedarás defraudado.
Comienza cada jornada haciendo esta oración y verás como la protección del altísimo te acompañaran a tí y a los tuyos
Busca un momento a solas con Jesús y repite con fé:
ORACIÓN DE PROTECCIÓN
Señor Jesucristo, en tu nombre y con el poder de tu sangre divina, sello a toda persona, hechos o acontecimientos a través de los cuales el enemigo y mis enemigos quieren hacerme daño.
En virtud de la sangre de Cristo, derramada en la cruz del calvario, sello toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno y en el mundo en el que nos movemos hoy.
Con el poder de la Sangre de Jesús, rompo todo poder y acechanza del maligno. Te pido Jesús envíes a mi casa y lugar de trabajo a los santos ángeles Miguel, Gabriel y Rafael y toda tu corte de servidores.
Con el poder de la Sangre de Jesús, sello mi casa, todos los que la habitan (nombre de cada uno) las personas que el Señor permitirá que lleguen a ella, así como los alimentos y todos los bienes que el Señor generosamente nos da para nuestro sustento.
Con el poder de la Sangre de Jesús, sello la tierra, nuestras puertas, ventanas, objetos, paredes y pisos, el aire que respiramos y en fé coloco un círculo de su Sangre Preciosa alrededor de mi familia. Con el poder de la Sangre de Jesús, sello los lugares y las personas con la que voy a tratar hoy día. Con el poder de la Sangre Preciosa, sello los actos, la mente y el corazón de todos los habitantes y dirigentes de mi país para que tu paz y amor al fin reinen en el.
Te agradezco, Señor Jesucristo, por tu Sangre y por tu Vida, ya que gracias a ellas hemos sido salvados y somos preservados de todo lo malo.
Por Jesucristo mi Señor
Amén
Gabriel A. Salgado P.
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