“Ustedes
recibirán la fuerza del Espíritu Santo; él vendrá sobre ustedes para que sean
mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria y hasta los extremos de la tierra”(Hch 1,8)
“Queridos
amigos y hermanos, a días de celebrar una de las fiestas más importantes del
mundo cristiano, como es Pentecostés, quiero compartir con todos ustedes este
tema que presentaré, Dios mediante, el próximo sábado por la noche, en mi
comunidad de oración.
El
objetivo de ella es refrescar nuestra frágil memoria respecto a los dones y
frutos del Espíritu Santo.”
Los
Dones del Espíritu Santo
¿Qué
son los dones del Espíritu Santo?
Según el catecismo de la iglesia católica, al hablar de
los dones dice: "… La vida moral de los
cristianos está sostenida por los 7 dones del Espíritu Santo. Estos son
disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos
del Espíritu Santo."
Definimos entonces a los dones espirituales como un atributo especial
que el Espíritu Santo da a cada miembro del Cuerpo de Cristo, según la gracia
de Dios para usarlo dentro del contexto de su cuerpo (Iglesia).
¿Cuándo
se comenzó a hablar de ellos?
Los dones del Espíritu Santo fueron profetizados ya en
el Antiguo Testamento. 6 de estos dones aparecen en el libro de Isaías 11: 1-3 “Y
brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto. Y
reposará sobre El, el Espíritu del SEÑOR, espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
temor del SEÑOR. Se deleitará en el temor del SEÑOR, y no juzgará por lo que
vean sus ojos, ni sentenciará por lo que oigan sus oídos...”
El séptimo de ellos, el don de piedad, lo encontramos
en el nuevo testamento, en romanos 8:15. Aquí somos llamados a reconocernos como
hijo de Dios, amantes de su compañía.
“
Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a
tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos
dirigimos a Dios, diciendo: "¡Abbá! ¡Padre!"
¿Cuándo
se reciben estos dones?
En el momento del bautismo, todo cristiano recibe el
regalo de los dones de parte del Padre celestial y estos son activados luego en
la confirmación, cuando la persona
recibe al Espíritu Santo plenamente. Entonces se convierte en un soldado
de Cristo siempre dispuesto a luchar por Él.
¿Cuál
es el objetivo de su derramamiento en la iglesia de hoy?
1. Dios imparte los dones espirituales conforme a su
gracia; no pueden ser adquiridos por mérito humano.
2. Dios imparte los dones espirituales de acuerdo a su
propia discreción; no está limitado a los deseos humanos.
3. Dios desea que todo cristiano ejercite los dones
espirituales; estas capacidades no están limitadas a ningún creyente.
4. Dios provee los dones para edificar y para ser
puestos por causa del ministerio y servicio de la iglesia; no son dados para
atraer la atención hacia una persona o satisfacer su ego.
5. La intención
de Dios es que el ministerio de la iglesia sea ejercido a través de los dones
espirituales.
Los
7 dones
Sabiduría:
Buscar
y deleitarse en las cosas de Dios. Nos hará descubrir que lo más importante en
la vida es saborear las cosas divinas. Esta sabiduría podríamos compararla con
saborear las cosas y misterios de
Dios.
·
Entendimiento:
Este
don nos ayuda a profundizar en los misterios de Dios (Jn 14:26). Comprender la
revelación que el Padre nos ha dado.
Toda comprensión de los misterios de
Dios procede del entendimiento.
·
Ciencia:
Es
el que nos ayuda a distinguir entre la importancia que merece el creador y la
que merecen sus creaturas. Aquél que posee el don de ciencia nunca dará el
primer lugar o tendrá en el centro de su corazón a personas o creaturas ya que
este lugar lo ocupa Dios.
El Espíritu de Ciencia nos ayuda a ver
que nada creado es superior a su creador.
·
Consejo:
Es la capacidad que nos da el Padre para elegir hacer siempre lo que es bueno,
lo que más nos conviene, cual opción es la más apropiada y es agradable a los
ojos de Dios.
·
Fortaleza:
Este
don precioso nos es dado para que a pesar de las pruebas y circunstancias difíciles
que enfrentemos en la vida, sigamos viviendo nuestra vida de fe con optimismo y
esperanza, sin nunca desanimarnos.
Nos ayuda a enfrentar todos los retos
y desafíos que aparezcan en nuestro camino y salir victoriosos durante nuestro
viaje por la tierra rumbo al cielo.
·
Piedad:
Este don es el que nos hace gozarnos en las cosas sagradas. Como la sabiduría,
es una aspiración profunda por alcanzarlas y vivir lo eterno, la piedad nos
ayuda a regocijarnos en las cosas sagradas.
Un cristiano piadoso, busca siempre estar
cerca de Dios, de las actividades de la iglesia. Es el gusto por las cosas
santas. (Salmos 27:4)
·
Temor
de Dios: Este don no es, como muchos creen, miedo a Dios.
Todo el que ha tenido una vivencia de
Dios en su vida sabe que el miedo y temor a Dios y a sus castigos no tienen
cabida en su vida. “Tenemos un Dios de amor no de temor.”
Temor de Dios es el miedo a ofenderle,
miedo a fallarle, miedo a herirle con nuestros actos.
Oración
para pedir los Dones
“Ven, Espíritu Creador, visita las almas de
los fieles; e inunda con tu gracia los corazones que Tú creaste.
Espíritu de Sabiduría, que conoces mis
pensamientos más secretos, y mis deseos más íntimos, buenos y malos; ilumíname
y hazme conocer lo bueno para obrarlo, y lo malo para detestarlo sinceramente.
Intensifica mi vida interior, por el don de
Entendimiento.
Aconséjame en mis dudas y vacilaciones, por
el don de Consejo.
Dame la energía necesaria en la lucha
contra mis pasiones, por el don de Fortaleza.
Envuelve todo mi proceder en un ambiente
sobrenatural, por el don de Ciencia.
Haz que me sienta hijo tuyo en todas las
vicisitudes de la vida, y acuda a Ti, cual niño con afecto filial, por el don
de Piedad.
Concédeme que Te venere y te ame cual lo
mereces; que ande con cautela en el sendero del bien, guiado por el don del
santo Temor de Dios; que tema el pecado más que ningún otro mal; que prefiera
perderlo todo antes que tu gracia; y que llegue un día a aquella feliz morada,
donde Tú serás nuestra Luz y Consuelo, y, cual tierna madre; enjugas “toda
lágrima de nuestros ojos”, donde no hay llanto ni dolor alguno, sino eterna
felicidad.
Esto
te lo pido, en el nombre de Jesús, amén.”
Los frutos del Espíritu
Santo
(Gálatas
5, 19-23)
“Una
evidencia clara de que el Espíritu Santo está obrando en la vida de un cristiano,
son la manifestación clara de estos dones. Los nueve frutos aparecen en el
libro de Gálatas como amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, fidelidad,
mansedumbre, bondad y auto control. Los cristianos que tienen estos frutos son
capaces de ser testigos efectivos del amor y la justicia de Dios.”
¿Qué
son los frutos del Espíritu Santo?
En la teología cristiana, se dice que
la cercanía y la acción del Espíritu Santo induce en el alma del ser humano una
serie de hábitos beneficiosos que se conocen como «frutos del Espíritu» y que
vienen enumerados en la carta a los gálatas.(5, 22-23)
Los frutos son producto de los dones
del Espíritu. Los frutos son actos virtuosos y se distinguen por la alegría que
causan en quien los realiza.
¿Cuántos
son los frutos del Espíritu Santo?
El texto bíblico menciona 9 frutos del Espíritu Santo los cuales son:
Amor, alegría, paz, tolerancia,
amabilidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio de sí mismo. Pero, la tradición
de la Iglesia enumera 12, estos son los siguientes:
·
Caridad:
Consiste en amar a Dios y al prójimo
·
Alegría:
Es
el fruto de este amor y supera todos los goces del mundo
·
Paz:
Es el producto de nuestra sumisión a Dios y de la unión con el prójimo.
·
Paciencia:
Nos hace soportar cualquier adversidad por amor a Dios.
·
Benignidad:
Nos motiva a tratar con cortesía y amabilidad a nuestro prójimo, aunque sea
nuestro enemigo
·
Bondad:
Nos inclina a hacer el bien a todos, sin distinción
·
Mansedumbre:
Nos vuelve indulgentes por las debilidades del prójimo, frena la cólera y nos
hace soportar con calma las penas de la vida.
·
Fidelidad:
Nos ayuda a mantener nuestra palabra y nos hace evitar cualquier desconfianza,
engaño o subterfugio.
·
Modestia:
Nos
ayuda a ser sobrios en nuestro diario vivir. A actuar en control de nuestros
impulsos.
·
Continencia:
Nos
hace ponderados, aún en los placeres legítimos y detiene en sus justos límites
nuestros sentimientos internos y externos.
·
Castidad:
Nos hace reprimir los deseos desordenados de la carne y nos ayuda a mantener la
pureza del alma.
ORACIÓN
PARA PEDIR LOS FRUTOS
“Espíritu
de Caridad, haznos amar a Dios y a nuestros semejantes como Tú quieres que
los amemos.
Espíritu
de Alegría, otórganos la santa alegría, propia de los que viven en tu
gracia.
Espíritu
de Paz, concédenos tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.
Espíritu
de Paciencia, enséñanos a sobrellevar las adversidades de la
vida sin indagar el porqué de ellas y sin quejarnos.
Espíritu
de Benignidad, haz que juzguemos y tratemos a todos con
benevolencia sincera y rostro sonriente, reflejo de tu infinita suavidad.
Espíritu
de Bondad, concédenos el desvivirnos por los demás, y derramar a
manos llenas, cuantas obras buenas nos inspires.
Espíritu
de Longanimidad (serenidad), enséñanos a soportar las
molestias y flaquezas de los demás, como deseamos soporten las nuestras.
Espíritu
de Mansedumbre, haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo
del Divino Corazón de Jesús, obra maestra de la creación.
Espíritu
de Fidelidad, otórganos el no vacilar en nuestra fe, y vivir
siempre de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, e iluminados por tus santas
inspiraciones.
Espíritu
de Modestia, enséñanos a ser recatados con nosotros mismos,
a fin de no servir nunca de tentación a los demás.
Espíritu
de Continencia, haznos puros y limpios en nuestra vida
interior, y enérgicos en rechazar cuanto pudiera manchar el vestido blanco de
la gracia.
Espíritu
de Castidad, concédenos la victoria sobre nosotros mismos;
haznos prudentes y castos; sobrios y mortificados; perseverantes en la oración
y amantes de Ti, oh Dios del Amor hermoso.
Todo lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.”
Gabriel A. Salgado P.