La vida es hermosa si tienes a Dios contigo

Hermanos y Amigos

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En medio de la angustia, miedo y el dolor, Jesús tiene la solución II


 
Queridos Hermanos(as) y amigos (as): con la presente reflexión concluiremos el breve estudio tomado del libro de Mateos. Aunque son sólo 2 versículos, Mateos 11:28 – 29, llegamos a la conclusión que por su extraordinaria riqueza debía ser trabajado en 2 entregas. Aquí va la segunda parte y final. El versículo  que analizamos ahora es Mateo 11: 29. La palabra dice:
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”
Para entender mejor vamos analizando, a la luz del Espíritu Santo, cada una de las palabras del Maestro de Nazaret.

  • Llevad mi yugo sobre vosotros. En este versículo se nos revela una profunda verdad, Jesús promete darnos su auxilio sin vacilaciones, a cambio de que llevemos su yugo. Ahora, ¿qué será llevar el yugo de Jesús? Es soportar las diversas aflicciones por amor de su nombre, tomar distancia del pecado y de todo lo que nos separa de El y enfrentar con la permanente ayuda del Espíritu Santo, las vicisitudes que nos pone la vida con la frente en alto y con la plena seguridad que más temprano que tarde tendremos la victoria, una victoria permanente que nos será dada sin lugar a dudas por que nos ama. Aquí es donde debemos aferrarnos a la oración, lectura de la palabra y a los sacramentos que Dios ha dejado para nosotros en su santa Iglesia. Que pena ver que hay miles de hermanos nuestros que desperdician esta riqueza.
  • aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón: hermano y amigos, permíteme hacerte una pregunta. ¿Es Jesús tu verdadero Señor? O eres esclavo de las preocupaciones, las faltas de perdón, el pecado, los vicios? Te lo pregunto porque otro punto importante de este versículo es el que nos dice  que debemos de aprender de Él para alcanzar la promesa del descanso para nuestras almas y una de las características de nuestro Salvador es la humildad y quiere esta también se convierta en una de las tuyas y de las nuestras. Mientras tuvo en la tierra enfrentó miles de eventos problemáticos y complicados, incluso su muerte, pero de todos salió vencedor. Del mismo modo quiere hacerte vencedor en medio de todas las aflicciones que hoy te rodean. Hazte el propósito de hacer de la humildad tu compañera y cuando estés en una aflicción acude a su presencia con un corazón humilde. Que difícil ¿no? Pero si haces eso, inmediatamente llega la promesa… ¡¡¡ Escucha bien!!!
 Si llevas su yugo y eres humilde de corazón te  promete que:

 Hallaréis descanso para vuestras almas: Que promesa más hermosa  nos hace Jesús. Si caminamos con EL y hacemos de la humildad parte de nuestras vidas encontraremos el descanso para nuestras almas, para nuestras vidas.  Y  es que el Espíritu Santo comenzará a caminar a nuestro lado, con toda su ternura y amor, pero con toda su fortaleza y poder. Alguien me podría decir ¿que o quién podrá alterar la paz de nuestra vida si El está caminando con nosotros? Ya no habrá problema o tristeza, por muy grande que sea, que pueda alterar el curso de nuestra barca en el mar de la vida.  Cuando tengas que tomar una decisión, un examen en el colegio, una respuesta sabia en tu matrimonio etc., etc., su Espíritu es quien te guiará y te mostrará que camino seguir.

  ¿Deseas obtener hoy ese descanso y reposo para tu alma?

Si así lo quieres sigue los siguientes pasos:

  1. Pon toda tu fe y confianza  en el Señor.
  2. Entrégale en mando de tu vida.
  3. Busca serle fiel y alimenta tu alma con la palabra y los sacramentos.
De este modo comenzarás a experimentar el poder que Él tiene para despojarte de tus cargas y tus luchas; entonces se hará realidad en ti la promesa de hallar descanso para tu alma.

Oremos:
Padre del cielo, en esta hora me pongo en tu presencia para dejar a tus plantas todo aquello que guarda mi corazón. Sé que mis problemas no son ajenos a ti y por ello acudo para buscar tu ayuda y consuelo. Pon en mí un corazón humilde que busque caminar a tu lado. Perdona mis pecados. Ayúdame a confiar día a día con mayor fuerza en tu poder y amor por mí.
Te entrego las llaves de mi vida y con mis labios te proclamo mi Señor.
Padre amado, te ruego que me acompañes en medio de las dificultades que hoy estoy viviendo y me ayudes a salir adelante.
Todo lo pido en el nombre de mi Salvador Jesucristo
Amén.

 Gabriel A. Salgado P.
tiempodealabanza@gmail.com
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