Lo que todo cristiano debería saber acerca de este mal
Queridos amigos y hermanos: Cuando conversaba con un hermano, hace un
tiempo atrás, me dijo que hay temas dentro de nuestra iglesia que,
lamentablemente, nadie nunca toca y que son de fundamental importancia para la
liberación y el bienestar de los hijos de Dios. Uno de estos temas es la
iniquidad y es por ello que los motivo a seguir este pequeño estudio y a
profundizarlo en forma personal.
” Apresarán al malvado sus propias iniquidades,
retenido será con las ligaduras de su pecado.” Proverbios
22:8
“El que siembra iniquidad, iniquidad segará, y la vara
de su insolencia será quebrada.” Proverbios
5:22
“Hablo como humano, por vuestra humana debilidad: así
como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la impureza y
a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para
servir a la justicia.” Romanos 6:19
”Por vuestras iniquidades, dice el Señor, y por
las iniquidades de vuestros padres juntamente, los cuales quemaron incienso
sobre los montes y me afrentaron sobre los collados; por tanto, yo echaré en su
propio seno la medida de sus acciones de antaño». Isaías 65:7
Muchos me podrán decir que exagero ya que iniquidad es lo mismo
que pecado, pero están en un profundo error. La raíz de todo el mal que afecta
al género humano, la raíz que introduce todo pensamiento pecaminoso, es la
iniquidad y el pecado es su fruto. Cuando
tratamos con el pecado, solo estamos tratando con la parte externa del asunto, con
lo visible pero nadie apunta a la raíz, y esta es la iniquidad. Hemos dejado
crecer esta raíz y a su vez creció también un árbol, que se hizo grande y que en
forma permanente está dando frutos, y estos frutos son los frutos de la carne,
el pecado. Es por ello que al comienzo de esta reflexión puse un árbol frondoso
y con enormes raíces. Mis queridos, mientras solo vivamos arrancando el fruto
del árbol, el árbol volverá a dar su fruto.
Ese
es el motivo que tengo para hablar de iniquidad. El pueblo de Dios sólo habla
de pecado y nunca aborda el tema de la iniquidad, pero si dejamos la iniquidad
de lado, “tranquila”, vamos a estar en constantes problemas, ya que la justicia
de Dios, nunca deja de juzgar, como el amor de Dios nunca deja de amar. Y la
justicia de Dios siempre se enfrentará a
la iniquidad del hombre. La justicia de Dios es para alinear, para corregir.
Donde quiera que este la iniquidad, va estar la justicia de Dios, tratando de
enderezar la vida del hombre. Así que mientras la iniquidad no sea erradicada
de nuestras vidas vamos a ser partes de un conflicto permanente entre la
justicia de Dios y la iniquidad.
Aclarando el Concepto
La palabra iniquidad proviene del latín
iniquĭtas, -ātis (desigualdad), y se trata de un cultismo muy apropiado para designar
esa maldad inicua, perversa... tan inherente al humano depredador, que tiene la
capacidad de comprender las consecuencias del sufrimiento cruel de otro ser
humano... en Hebreo
es : AVON cuyo significado es
perversión, injusticia, torcer, deformar, distorsionar, trastornar, maltratar,
mal pensado, mal intencionado, maldad, apartarse de la luz (todo de manera
conciente, intencional, y con conocimiento de causa)
Un ejemplo ilustre del empleo de esta voz lo
encontramos, por ejemplo, en la Biblia (conjunto de libros canónicos del
judaísmo y el cristianismo) donde Ezequiel se refiere a la caída de Satanás en
estos términos: “perfecto eras en
todos tus caminos, hasta que se halló en ti la iniquidad…”Ezequiel 28:15
Esta
fue la caída de Satanás causada por la iniquidad. ¿Cómo entró aquí la
iniquidad? ¿Qué significa que alguien allá sido perfecto en todo y luego entró
iniquidad? Algo se torció dentro de Él, lo sacó de su lugar, de su propósito.
La iniquidad es más profunda que el pecado; es la conducta repetitiva
de pecado, patrón que toma asidero en nuestra forma de ser y pasa de una
generación a otra, arraigándose y
perfeccionándose cada vez más en nuestros corazones.
“El pecado de Israel escrito esta
con cincel de hierro y con Ponta de diamante, esculpido esta en la tabla de su
corazón y en los cuernos de sus altares” mi pueblo peca como encargo…sus
jóvenes no se olvida de pecar… “Jeremías 17:1-3,
Cómo ya sabemos, iniquidad
es lo contrario a la rectitud, a la integridad y a la justicia. Iniquidad es
pecado, por lo tanto es perverso, malo y torcido y se encuentra al comienzo de
los tiempos, allá en el fondo del pasado familiar. Como una verdadera semilla va pasando de generación en generación
y va hundiendo sus raíces retorcidas cada vez más profundamente en el alma de
cada generación que va naciendo. Por
ejemplo, si tuvimos ancestros alcohólicos, empedernidos jugadores, adúlteros, peleadores,
avaros, etc... Es muy fácil que esa semilla de iniquidad se perpetúe
apareciendo a través de la línea sanguínea
paterna o materna para afectar a
cualquiera de la familia.
Esa semilla esta latente en
todos y cada uno de los que componen la familia, solo
tiene que haber un "detonante " para que se active la maldición, la
semilla germine y comience a crecer y a avanzar. Visto de este modo, la mayoría
de nuestros pecados son FRUTO DE LA INIQUIDAD.
Si no hubiera existido la INIQUIDAD en nuestra línea sanguínea, no tendríamos tanta
propensión a ciertos tipos de pecados,
no tendríamos ciertas debilidades más que otros.
La iniquidad es como un árbol cuyas raíces se hunden en lo más profundo
de la vida del ser humano y que hace que sea muy difícil poder removerla,
ocasionando que constantemente caigamos en los mismos pecados y seamos presas
de las mismas debilidades. Muchas veces no sabemos porque nos suceden las cosas
que nos suceden, oramos, ofrendamos, nos confesamos y la situación no cambia.
Estas situaciones pueden ser consecuencias de las iniquidades que moran en
nosotros y que actúan como verdaderas maldiciones.
Esa tendencia a mentir constantemente, a la ira y enojo desmedidos, a
los pecados sexuales, al robo, a la avaricia, a soberbia, el orgullo, la
idolatría, etc. Talvez son pecados que solo usted sabe y que aun le da
vergüenza que siendo cristiano tenga esas tendencias, esas inclinaciones. Son
esas, las iniquidades manifestándose en su vida. Lo que queremos ahora
anunciarle que para Dios nada hay imposible y que se puede arrancar sus raíces
de nuestras vidas y liberarnos de ellas. Para ello es importante que las individualicemos, confesarlas
y pedirle a Dios que nos libre ya que sus consecuencias son graves, no solo
para nuestras vidas sino para nuestras generaciones futuras.
Es así como vemos que la persona que es alcohólica, tuvo un padre
alcohólico y su hijo es alcohólico, la madre soltera, fue producto de una
relación ilegitima y su hija también tendrá hijos ilegítimos. Esta es la
iniquidad que pasa de una generación a otra, produciendo una inclinación al
pecado, que ya es parte de la familia.
Lamentablemente, hemos sido testigos de las consecuencias de la iniquidad en familias enteras. Familias que son pobres a
través de generaciones, otras con una propensión al fracaso, con tendencia a
enfermedades continuas o crónicas (diabetes, hipertensión, cáncer,
locura, males cardíacos, artritis, reumas, derrames, etc., etc.…) con muertes prematuras, con propensión a accidentes, suicidios,
etc. La palabra dice:
“Se vistió de maldición como de
su vestido y entró como agua en sus entrañas, como aceite en sus huesos” Salmo 109:18
Por nuestras iniquidades, la
maldición se mete en nuestros cuerpos. Las iniquidades son pecados que toman
asidero en nuestra sangre y pasan de una generación a otra. Son conductos,
caminos por donde el enemigo tiene derecho a entrar. Por supuesto, cuando
confesamos nuestros pecados el nos perdona. Sin embargo, la
bendición va a depender de mi perseverancia y diligencia, de vivir en obediencia,
si me aparto y empiezo a pecar nuevamente, la palabra de Dios dice que el
espíritu inmundo va y toma consigo otros siete peores que el y entrados moran
allí y el póster estado viene a ser peor que el primero. Para comprobar esto,
te invito a buscar en Lucas 11:26
“Conciben maldades y dan a luz
iniquidad; incuban huevos de áspides y tejen telas de araña. El que como de sus
huevos morirá y si los rompen saldrán víboras.” Isaías 59:4
La iniquidad, se puede reproducir en nosotros como huevos de
serpientes, verdaderos tumores que el romperse se propagan por todo el cuerpo
como culebras que a su paso devoran todo, produciendo enfermedades que carcomen
todo por dentro. Telas de araña que toman el control de nuestra alma y la esclavizan. Debes saber que la semilla de iniquidad no reconoce
tiempo para germinar, lo puede hacer en la niñez, juventud, adolescencia, o aún
en la vejez, solo que es mas llamativo, en la edad adulta, cuando uno ya
debería haber adquirido madurez y sensatez, uno se
vuelva insensato. Todo ocurre porque había una semilla de iniquidad en sus
vidas que no fue destruida, y esta semilla finalmente germino.
¿Es posible destruir la semilla de iniquidad?
Sin embargo, como dije anteriormente, Dios tiene poder para liberarnos.
Si nos mantenemos en su palabra hay un tiempo de liberación en su gran
misericordia, Dios nos sigue protegiendo y busca que alcancemos la plenitud. El
nos asegura que si vamos a El nos liberará.
“En su angustia clamaron al
Señor, y él los salvó de su aflicción. Los sacó de las sombras tenebrosas y
rompió en pedazos sus cadenas. ¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por
sus maravillas en favor de los hombres!” Salmos 107:13-15
“En tiempo aceptable te oí en el
día de salvación te ayude” Isaías 49:8
»Así ha dicho el
Señor: El día que os purifique de todas vuestras iniquidades, haré también que
sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas.” Ezequiel 36:33
“Den gloria al Señor y proclamen su alabanza en las
costas lejanas. El Señor marchará como guerrero; como hombre de guerra
despertará su celo. Con gritos y alaridos se lanzará al combate, y triunfará
sobre sus enemigos.” Isaías
42:12-13
Si. Es posible, Dios puede
destruir nuestras iniquidades y lo podemos lograr mediante nuestra absoluta fe
en EL y su poder y por medio de la oración. Dios nos dio autoridad al orar. Autoridad
para construir y para destruir, si esto fuere necesario.
Los hijos de Dios tenemos muchísimos privilegios espirituales que no conocemos y por lo tanto
quedan sin ser reclamados para gozo del enemigo.
Amigo y hermano, si en su familia hubiere alcohólicos, divorcios, muertes prematuras, incesto, pobreza, mucho desempleo, abusos sexuales, madres solteras, calamidades inexplicables, fracasos, enemistades, o cualquier otro suceso que se repite sin control, debe ser destruida la semilla de iniquidad que los genera de tal manera que alcances la liberación y reconciliación con el Padre y para que lo mismo no vuelva a suceder en su generación o en la siguiente.
Se debe evitar que se desarrolle y le tome a usted, o a sus hijos. Lo mejor es orar antes de que las cosas sucedan.
Hay que hacerlo antes de que aflore, antes de que germine y tome fuerzas. Debemos tomar poder en el nombre de Jesús y destruir, frustrar y deshacer todo plan de las tinieblas; destruir esa semilla que aun no germino, para que muera y no nos afecte a nosotros, ni a nuestra descendencia.
Los hijos de Dios tenemos muchísimos privilegios espirituales que no conocemos y por lo tanto
quedan sin ser reclamados para gozo del enemigo.
Amigo y hermano, si en su familia hubiere alcohólicos, divorcios, muertes prematuras, incesto, pobreza, mucho desempleo, abusos sexuales, madres solteras, calamidades inexplicables, fracasos, enemistades, o cualquier otro suceso que se repite sin control, debe ser destruida la semilla de iniquidad que los genera de tal manera que alcances la liberación y reconciliación con el Padre y para que lo mismo no vuelva a suceder en su generación o en la siguiente.
Se debe evitar que se desarrolle y le tome a usted, o a sus hijos. Lo mejor es orar antes de que las cosas sucedan.
Hay que hacerlo antes de que aflore, antes de que germine y tome fuerzas. Debemos tomar poder en el nombre de Jesús y destruir, frustrar y deshacer todo plan de las tinieblas; destruir esa semilla que aun no germino, para que muera y no nos afecte a nosotros, ni a nuestra descendencia.
A continuación te sugerimos estos pasos para romper, arrancar y destruir toda semilla de
iniquidad en tu vida y en tu familia.
Recuerda: Esto no obra de magia ni depende de tu poder. TODO ES OBRA DE DIOS. SÓLO EL PUEDE LIBERARNOS.
Recuerda: Esto no obra de magia ni depende de tu poder. TODO ES OBRA DE DIOS. SÓLO EL PUEDE LIBERARNOS.
Te invitamos a seguir las indicaciones siguientes y orar con toda tu fe
puesta en el SEÑOR de señores estas oraciones de auto-liberación ya que son
eficaces según la palabra de Dios en Santiago 5:16.
Te recomendamos que perseveres en estas oraciones y no te preocupes si en emocionalmente no sientes nada. Cuando Dios guarda silencio es por que está trabajando.
Paso I: Reconcíliate con Dios Confesando tus pecados
Te recomendamos que perseveres en estas oraciones y no te preocupes si en emocionalmente no sientes nada. Cuando Dios guarda silencio es por que está trabajando.
Paso I: Reconcíliate con Dios Confesando tus pecados
Paso II: Oración
Oración1. Proclamación de
Jesús como mi Señor.(Romanos 10:9)
Creo en ti Señor Jesús. Yo creo firmemente que tú eres el Hijo de Dios. Tu
eres el Cristo, el Mesías que vino a deshacer toda obra del diablo, toda obra
de maldad. Diste tu vida en la cruz por mis pecados y resucitaste de entre los
muertos. Padre te confieso todos
mis pecados, pido perdón y me vuelvo a ti en arrepentimiento. Lávame, limpia mi
conciencia con tu sangre. Saca,
destruye, arranca de mi todo lo que
impida que TÚ controles mi vida.
Quiero ser gobernado, guiado, dominado solo por Ti Padre Santo Altísimo. Renuncio a Satanás y a todas sus obras en mi vida.
Quiero ser gobernado, guiado, dominado solo por Ti Padre Santo Altísimo. Renuncio a Satanás y a todas sus obras en mi vida.
Creo que tu sangre me limpia ahora de toda maldad, de todo pecado. Te
pido que te quedes conmigo, en mi corazón y seas dueño y Señor de mi vida. Te
confieso como mi único y verdadero Dios. Apártame para servirte, amarte, obedecerte.
Dedico y consagro a TI mi vida.
Gracias por redimirme, por limpiarme, por justificarme y santificarme, muchas gracias. TE AMO PADRE SANTO. Amen.
Oración 2. Tomando toda la armadura de Dios. (Efesios 6:10-18)
Tomo ahora el Yelmo de Salvación, calzo mis pies con el apresto del Evangelio de la paz, me ciño el cinto de la verdad, tomo la Coraza de Justicia, y tomo el Escudo de la fe y la espada del Espíritu, con que voy a apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Oración 3. Rompiendo maldiciones de mis antepasados.
Padre celestial ten misericordia de mi y de mis antepasados, confieso mis iniquidades, mis delitos y pecados y las iniquidades, delitos y pecados de mis antepasados, hasta 10 generaciones antes que la mía.
Reconozco que hemos pecado contra Ti andando en oposición a Ti, Dios de Israel el único y verdadero Dios. Hemos pecado y hecho lo malo. Hemos sido malos y rebeldes, desobedientes
e incrédulos. Hemos cometido el pecado de divorcio, fornicación, infidelidad, adulterio, homicidio, injusticias, iniquidad y hemos hablado tanta corrupción, maldiciones y blasfemias.
Hemos pecado contra los 10 mandamientos y tus Leyes. Hemos cometido errores religiosos, adorando a ídolos antes que al Creador.
A causa de nuestros pecados y el pecado de nuestros antepasados nos han sobrevenido las maldiciones de destrucción que están escritas en el libro de la Enseñanza, que es tu palabra.
En esta hora, suplico perdón por haber dado derecho y autoridad a satanás de tomar mi
línea sanguínea.
Hoy por mi fe en ti Señor Jesús y con el poder de tu Sangre preciosa derramada en la cruz del Calvario, arranco, destruyo y deshago toda autoridad y derecho que se le ha dado, y sujeto, aplasto a satanás bajo mis pies, lo echo fuera de mi vida y de mi linaje ahora. Fuera! En el nombre de Jesús.
Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, aparta tu ira y tu furor de nosotros y de nuestra descendencia.
Gracias por redimirme, por limpiarme, por justificarme y santificarme, muchas gracias. TE AMO PADRE SANTO. Amen.
Oración 2. Tomando toda la armadura de Dios. (Efesios 6:10-18)
Tomo ahora el Yelmo de Salvación, calzo mis pies con el apresto del Evangelio de la paz, me ciño el cinto de la verdad, tomo la Coraza de Justicia, y tomo el Escudo de la fe y la espada del Espíritu, con que voy a apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Oración 3. Rompiendo maldiciones de mis antepasados.
Padre celestial ten misericordia de mi y de mis antepasados, confieso mis iniquidades, mis delitos y pecados y las iniquidades, delitos y pecados de mis antepasados, hasta 10 generaciones antes que la mía.
Reconozco que hemos pecado contra Ti andando en oposición a Ti, Dios de Israel el único y verdadero Dios. Hemos pecado y hecho lo malo. Hemos sido malos y rebeldes, desobedientes
e incrédulos. Hemos cometido el pecado de divorcio, fornicación, infidelidad, adulterio, homicidio, injusticias, iniquidad y hemos hablado tanta corrupción, maldiciones y blasfemias.
Hemos pecado contra los 10 mandamientos y tus Leyes. Hemos cometido errores religiosos, adorando a ídolos antes que al Creador.
A causa de nuestros pecados y el pecado de nuestros antepasados nos han sobrevenido las maldiciones de destrucción que están escritas en el libro de la Enseñanza, que es tu palabra.
En esta hora, suplico perdón por haber dado derecho y autoridad a satanás de tomar mi
línea sanguínea.
Hoy por mi fe en ti Señor Jesús y con el poder de tu Sangre preciosa derramada en la cruz del Calvario, arranco, destruyo y deshago toda autoridad y derecho que se le ha dado, y sujeto, aplasto a satanás bajo mis pies, lo echo fuera de mi vida y de mi linaje ahora. Fuera! En el nombre de Jesús.
Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, aparta tu ira y tu furor de nosotros y de nuestra descendencia.
Señor, Altísimo Santo de Israel, te pedimos que nos perdones, nos limpies
completamente con la Santísima sangre de JESUCRISTO, y nos apartes
completamente de las maldiciones que llegaron a causa de los pecados de
nuestros antepasados.
Señor te pido en oración que la maldición del juicio divino sea quitada de nosotros y de nuestra descendencia, deslíganos, quiebra, destruye toda maldición, completamente
por la preciosa sangre de JESUCRISTO.
Señor te pido que quebrantes, arranques y destruyas de nosotros las maldiciones, si es que provienen de ti, por desobediencia a tu palabra.
Señor ordena ahora, que la maldición se rompa y se seque y quede sin poder en nuestras vidas. Desde ya, POR FE, declaro que toda maldición heredada queda sin poder, sin derecho, sin influencia sobre mi vida, y la de mi generación. Toda maldición de enfermedad genética ahora se deshace y destruye por el poder de la Unción del Espíritu Santo de Dios,
porque somos linaje de los benditos del Altísimo.
No daremos a luz para maldición, toda nuestra generación esta consagrada, apartada y protegida por nuestro Dios, El Señor Cristo Jesús.
Gracias Padre, Señor JESUCRISTO por la victoria que nos das.
Gracias por esta liberación que hoy nos das. En tu Nombre. Amen.
Señor te pido en oración que la maldición del juicio divino sea quitada de nosotros y de nuestra descendencia, deslíganos, quiebra, destruye toda maldición, completamente
por la preciosa sangre de JESUCRISTO.
Señor te pido que quebrantes, arranques y destruyas de nosotros las maldiciones, si es que provienen de ti, por desobediencia a tu palabra.
Señor ordena ahora, que la maldición se rompa y se seque y quede sin poder en nuestras vidas. Desde ya, POR FE, declaro que toda maldición heredada queda sin poder, sin derecho, sin influencia sobre mi vida, y la de mi generación. Toda maldición de enfermedad genética ahora se deshace y destruye por el poder de la Unción del Espíritu Santo de Dios,
porque somos linaje de los benditos del Altísimo.
No daremos a luz para maldición, toda nuestra generación esta consagrada, apartada y protegida por nuestro Dios, El Señor Cristo Jesús.
Gracias Padre, Señor JESUCRISTO por la victoria que nos das.
Gracias por esta liberación que hoy nos das. En tu Nombre. Amen.
Oración 4.
Destruir la semilla de iniquidad
Padre
Santo Altísimo: vengo ante ti con toda confianza ante tu Trono de Gracia,
amparado/a por el privilegio de que nuestra palabra tiene poder y autoridad.
En esta hora, declaro que toda semilla
de iniquidad, muere.
Ya sean malos hábitos, vicios, tragedias, calamidades, inmoralidad sexual, muerte, pobrezas, escasez, idolatrías, prácticas ocultistas que estuvieron empotradas en nuestra línea sanguínea a causa de los pecados de nuestros antepasados. Toda semilla de iniquidad ahora se seca y muere, ahora queda inactiva, destruida para siempre. Nunca avanzara, nunca crecerá, nunca dará frutos, lo declaro ahora en el poderoso nombre de Jesús.
Gracias porque te has levantado como Gigante para liberarme y porque has venido a deshacer toda obra del diablo. En el nombre de Jesús, Amén.
Ya sean malos hábitos, vicios, tragedias, calamidades, inmoralidad sexual, muerte, pobrezas, escasez, idolatrías, prácticas ocultistas que estuvieron empotradas en nuestra línea sanguínea a causa de los pecados de nuestros antepasados. Toda semilla de iniquidad ahora se seca y muere, ahora queda inactiva, destruida para siempre. Nunca avanzara, nunca crecerá, nunca dará frutos, lo declaro ahora en el poderoso nombre de Jesús.
Gracias porque te has levantado como Gigante para liberarme y porque has venido a deshacer toda obra del diablo. En el nombre de Jesús, Amén.
Oración 5. Destruir
toda semilla de enfermedad.
En el nombre de mi Salvador Jesucristo, declaro que toda semilla de enfermedad que este latente en mi línea sanguínea ahora se seca y muere. Queda destruida ahora. Ya no me alcanzara ninguna enfermedad de herencia genética, soy libre ahora. Tampoco alcanzara
a mis hijos ninguna enfermedad de herencia genética, por el poder y en el
nombre de Mi Señor Jesús.
Toda semilla de iniquidad, de enfermedad, ahora se seca y muere, ahora queda inactiva, destruida para siempre. Nunca avanzara, nunca crecerá, nunca dará frutos, lo declaro ahora en el poderoso nombre de Jesús.
Quedaron secas y destruidas semillas de cáncer, diabetes, hipertensión, problemas de huesos, problemas cardiacos, derrames, tumores, quistes, infertilidad, anomalías, malformaciones, debilidades, asma, alergias, deficiencias, depresión, ........ (Nombre la enfermedad que ha venido en su línea sanguínea)
Soy libre, porque Jesús vino a deshacer toda obra del diablo en mi vida y porque por Fe, tengo el poder y la autoridad contra todo mal, Gracias Padre porque tu eres el Vencedor y el que libera, en el poderoso nombre de Cristo, mi Señor.
Amén.
En el nombre de mi Salvador Jesucristo, declaro que toda semilla de enfermedad que este latente en mi línea sanguínea ahora se seca y muere. Queda destruida ahora. Ya no me alcanzara ninguna enfermedad de herencia genética, soy libre ahora. Tampoco alcanzara
a mis hijos ninguna enfermedad de herencia genética, por el poder y en el
nombre de Mi Señor Jesús.
Toda semilla de iniquidad, de enfermedad, ahora se seca y muere, ahora queda inactiva, destruida para siempre. Nunca avanzara, nunca crecerá, nunca dará frutos, lo declaro ahora en el poderoso nombre de Jesús.
Quedaron secas y destruidas semillas de cáncer, diabetes, hipertensión, problemas de huesos, problemas cardiacos, derrames, tumores, quistes, infertilidad, anomalías, malformaciones, debilidades, asma, alergias, deficiencias, depresión, ........ (Nombre la enfermedad que ha venido en su línea sanguínea)
Soy libre, porque Jesús vino a deshacer toda obra del diablo en mi vida y porque por Fe, tengo el poder y la autoridad contra todo mal, Gracias Padre porque tu eres el Vencedor y el que libera, en el poderoso nombre de Cristo, mi Señor.
Amén.
Gabriel A. Salgado P.
http://www.tiempodealabanza.blogspot.com
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