Dios nos prospera, el ocultismo nos arruina. Cuando
la gente dice - me voy a sacar la suerte- , eso es lo que literalmente hace “se
saca la suerte”, comenzando por arruinarse espiritualmente y pierde la
libertad. El tratar con fuerzas ocultas no es gratuito y el precio que una
persona paga por verse la suerte es siempre enorme a los beneficios que espera
encontrar.
Aun cuando parezca algo
excéntrico, está ocurriendo en el mundo entero. Millares de hombres y mujeres
acuden a las cartas, el horóscopo, amuletos o ceremonias ocultistas procurando
conseguir empleo, recuperar la salud, ganar dinero o conquistar el amor de su vida. No les importan las
consecuencias, simplemente conseguir el objetivo. Cuando acuden a estas
prácticas, le abren las puertas a Satanás; de ahí a una influencia o posesión
demoníaca hay un solo paso. Y a tal descaro están llegando estas prácticas que
cada día parecen en los diarios avisos tan herejes como este que leí hace unos
días en un diario de mi país y que con pena transcribo textual: ”hago volver al
amor de tu vida en 2 días y ni Dios podrá impedirlo.”
Yo no sé tu situación, pero
quizás tu mismo vives hoy esta esclavitud. Permíteme decirte que el diablo quiere
engañarte y destruirte a toda costa. El odia a todos los
eres humanos y por medio del engaño y valiéndose de
la desesperación de las personas las conduce a dolores y sufrimientos aún
mayores que los que pueda estar viviendo. Amigo y hermano, no es por esos caminos como cambia el curso de nuestra historia. Los
sinsabores de nuestra vida, enfermedades, faltas de empleo, depresiones,
injusticias, todo puede cambiar sólo si nos volvemos a Dios. Él
tiene el poder para transformarnos, prosperarnos y brindarnos una vida plena.
Gracias a la obra redentora de Jesucristo, el pasado de maldad quedó borrado y
se abren las puertas para una existencia renovada y de éxito.
Por siglos, Satanás mantuvo
atadas a las personas bajo el pecado y haciéndoles creer que era imposible ser
libres de una naturaleza caída, inclinada a la maldad. Esa condición de
pecaminosidad le daba "derecho" legal para influir o tomar posesión
de hombres y mujeres, desarrollando en ellos verdaderas fortalezas de maldad.
aún hoy en día muchos siguen
creyendo que es imposible salir de una adicción, abandonar la fornicación,
dejar de lado el adulterio o quizá la proclividad al juego, a la promiscuidad,
al robo o acciones aparentemente triviales como la mentira, el engaño,
la flojera y la traición.
--Esto es más fuerte que
yo; es imposible vencer, dicen algunos esclavos del alcoholismo y/o las drogas.
--La infidelidad está en mi
sangre. No puedo evitarla--, me dijo una vez un amigo, al expresar su angustia
porque el matrimonio estaba al borde del abismo.
Todos eso son engaños
del maligno. Hacerte pensar que tu vida no tiene sentido, que nada permitirá
que alcances el perdón e incluso, que Dios está muy lejos de tí, es una de sus
tretas. Sin embargo, satanás está vencido y en su desesperación miente. La obra
del Señor Jesús en la cruz, su sangre derramándose por el madero donde
entregó su vida, hizo posible que tus pecados fueran perdonados y tuvieras
acceso a la presencia de Dios, convirtiéndote en hijo legítimo de Él,
tal como lo escribe el apóstol Pablo: "Dios estaba en Cristo reconciliando
consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados... así
que... os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios"
(2 Corintios 5:19-20).
Amigo y hermano, ¿No crees que es hora de volver la mirada a Dios y
romper voluntariamente con todo aquello que te ata al mundo de las tinieblas,
con su carga de tristeza y desesperanza?. Si es algún amuleto, o quizá cadena o
la sensación de culpa por participar en una ceremonia ocultista, debes
renunciar ahora mismo en el nombre de Jesucristo, a toda relación con el mundo
de maldad.
Recuerda que no basta con
sentirlo en el corazón, sino proclamarlo con nuestros labios, reafirmando en
nuestro ser el Señorío de Cristo: "Cerca de ti está la palabra, en tu
boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque
con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación" (Romanos
10:8-10).
Si estas viviendo una vida
de esclavo, Jesús hoy te dice que sí hay solución para tí. Es mentira que
Satanás tendrá tu vida para siempre en el infierno, así hayas hecho un pacto con
él. Si renuncias a su acción ahora mismo, y le abres las puertas de tu corazón a Jesús el
Salvador, este vendrá tu rescate y te aseguraras s la eternidad en su hermosa presencia.
Recuerda que Jesús ya pagó por tu vida en la cruz, vertiendo cada gota
de sangre, para hacerte libre de toda cadena.
La Biblia nos enseña
que al recibir a Jesucristo como Señor y Salvador, nuestro destino
eterno será en Su presencia: "…todo aquel que invocare el nombre del
Señor será salvo" (Hechos 2:21).
Aun cuando tu no
advierta los cambios que comienzan a operarse en tu ser, Dios comienza Su obra,
y la libertad comienzas a gozar como hijo del Padre de los cielos, te permite no
solamente cambiar sino crecer, tal como explicó el apóstol Pablo: "De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17)
Desconozco en qué hayas
participado en el pasado o en qué estes involucrado ahora. Si hiciste o no pactos con el mundo de las tinieblas. Más lo
que sí puedo asegurarte es que en Jesucristo hay libertad de las cadenas.
Nuestro amado Salvador te ofrece hoy romper todas tuas cadenas y ataduras, para que comiences una
nueva vida en libertad y poder junto a El para siempre:
"Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles
que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:18-20).
Recuérdalo: Si tu aceptas a Jesús como Señor y renuncias al maligno y sus artimañas, comenzarás a moverte en
la autoridad y el poder glorioso de Cristo, los que Él recibió y ha dado a sus
hijos. Tendras asegurada su compañía, por medio de la gracias sobrenatural y poder
inimaginable del Espíritu Santo que está siempre a nuestro lado, cuando nos
movemos en fidelidad a Jesús. Satanás no podrá seguir atormentándote con
mentiras y el Santo Espíritu no permitirá que te siga engañando. Él
es mentiroso por naturaleza. ¡¡¡DESPIERTA, TU QUE DUERMES!!! La decisión, recuérdalo,
es tuya y nada más que tuya. Hoy puede ser libre por el poder del Señor
Jesús.
Es por aquello que en este
momento te invito a orar esta sencilla plegaría. Díle a Jesús en oración, allí
donde te encuentres:
"Señor
Jesús, reconozco que he pecado. Mi maldad me llevó a pactar con el mundo de las
tinieblas. Estoy arrepentido y te pido perdón. En Tu presencia, amado Señor,
renuncio y rechazo toda relación, pacto y atadura con Satanás y sus huestes y
declaro que tú eres, Señor Jesucristo, mi único y verdadero Señor
y Salvador desde hoy y para siempre. Te recibo en el corazón. Haz de mi la
persona que tú quieres que yo sea. Amén"
Ahora te sugiero tres cosas
para tu nueva vida:
1. Haz de la oración un
principio de vida diaria. Orar es hablar con Dios.
2. Lee la Biblia. Es un
libro maravilloso en el que aprenderá principios que le ayudarán en el
crecimiento personal y espiritual.
3. Acercate a un Sacerdote y confiesa tus pecados, para así recibir la paz del alma que trae la reconciliación con Jesús.
4. Busca los sacramentos de nuestra iglesia y haz de ellos una fuente de alimento para tu alma.
4. Busca los sacramentos de nuestra iglesia y haz de ellos una fuente de alimento para tu alma.
5. Busca la compañía
de otros cristianos y comienza a congregarte en una iglesia.
¡¡¡Y que Dios te bendiga!!!
Gabriel Salgado P