La vida es hermosa si tienes a Dios contigo

Hermanos y Amigos

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¿Tu conversas con Dios?


Cuando terminé de hacer el video para la canción que aparece al final de este artículo, y que junto con invitarte a escucharla, también te motivo a que la compartas con quien el Señor te motive hacerlo,  sentí la necesidad de ahondar respecto a la temática que aborda y que es la oración.

Lo primero que debemos hacer cuando hablamos de oración debemos estar claro que la oración cristiana se diferencia de otros tipos de oración por cuanto cuando un cristiano ora básica y extraordinariamente comienza, ni más ni menos que, una conversación persona a persona con su Creador. En la oración debemos presentarnos con el propósito de mostrarnos tal como somos y estamos ante el creador de nuestra vida, sin reservar ni tapujos.


He escuchado a muchísimas personas decir, "no tengo que pedirle a Dios nada por que el sabe lo que necesito." Esto es verdad. Sin embargo, también es verdad que El Padre, de tal manera respeta nuestra libertad que su socorro vendrá si se lo pedimos.

En mateo 6:9-13, Jesús nos da unas pautas para que nuestra oración sea efectiva. El texto dice: 

"»Ustedes deben orar así: »“Padre nuestro que estás en el cielo,santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan cotidiano.Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”.

Vamos desmenuzando su consejo.

1.- “Padre nuestro que estás en el cielo,santificado sea tu nombre" Nuestra conversación debe comenzar con un reconocimiento a la paternidad, grandeza y santidad  del creador, El es nuestro Padre que mora en el cielo pero que se hace tan humilde como para tomarse el tiempo en escuchar nuestros problemas y para venir a vivir a nuestro corazón.

2.- "Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo." Le expresamos que para por fin poder encontrar paz y estabilidad en la tierra es por medio de la llegada de su reino y lo mejor que nos puede suceder es que se haga su voluntad en nuestras vidas y que sus decisiones son las más adecuadas.
3.- "Danos hoy nuestro pan cotidiano" Pasamos ahora a presentarle, como hijo (a) a su padre amoroso sus necesidades
4.- "Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores" Pasamos a reconocer en qué cosas hemos fallado y que estamos necesitados de su perdón y que manifestamos nuestra voluntad de perdonar a quienes nos han ofendido, como una vía de liberarnos de la rabia, dolor amargura que sólo nos dañan a nosotros mismos y que nos quitan la paz del corazón. 
5.- "Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno”.Le rogamos que nos fortalezca y proteja ante los ataques del maligno y de nuestra propia naturaleza.

Espero que esta breve reflexión sea de ayuda para que tu conversación con el creador  sea más rica cada día y no olvides que una vez que finalices este diálogo con el Padre lo debes firmar con el sello de tu abogado Jesús. En Juan 14:13 lo señala:" Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo."  Entonces terminas la oración: "Todo lo pido en el nombre de Jesús, mi Señor, amén"







Basta de tristeza. Jesús nos hace vencedores




“Tú has puesto en mi corazón más alegría que en quienes tienen trigo y vino en abundancia. Yo me acuesto tranquilo y me duermo en seguida, pues tú, Señor, me haces vivir confiado.”(Salmo 4:7-8)

¿ Tu que lees estos 2 versículos, puedes afirmar esto hoy con absoluta certeza? Si no es así, ¿ Qué esperas para reconciliarte contigo mismo y con el Señor de la vida, tu Salvador?

En su palabra el Señor de la vida te dice: "Venid ahora, y razonemos dice el SEÑOR aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán." (Isaías 1:18)

Hermanos y amigos: Siento en lo profundo de mi ser decirles que es tiempo de recobrar el gozo de ser hijos de Dios. Basta ya de darle la satisfacción al enemigo de ver por doquier cristianos tristes y abatidos. En el nombre de Jesús de Nazareth, basta ya! 

Es momento de comenzar a caminar por fe y de recuperar la alegría y la esperanza.

Sí, es verdad. El coronavirus nos atacó  de sorpresa y apoyado por las editoriales de los medios masivos de comunicación nos dejó en shock, pero es hora de recobrar el gozo en nuestras vidas y de retomar la senda de la esperanza. 

Cristianos del mundo entero reaccionemos  y gritémoslo desde las azoteas: Nuestro Dios es más fuerte que cualquier plaga y que no hay enfermedad, plaga ni pestilencia que sea superior a la Preciosa Sangre de Cristo, que derramó en la cruz del calvario para nuestra salvación y protección.

Si como padres humanos; con errores y flaquezas, estamos dispuestos a darlo todo por el bien de nuestros hijos; ¿Cuanto más nuestro Padre celestial, que no dudó en entregar a su propio hijo por nuestro rescate, no hará todo para protegernos?


Jesús la Roca Segura



El prudente y el insensato

 » ¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo? Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica: Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida. Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre que construyó una casa sobre tierra y sin cimientos. Tan pronto como la azotó el torrente, la casa se derrumbó, y el desastre fue terrible». Lc 6:46-49

Hermanos y amigos quiero compartir con todos ustedes y con quienes ustedes quieran compartirlo, un nuevo video. Siento la necesidad de transmitirles que sí es posible vivir en paz aún en medio de las inseguridades, angustias y pesares que por todas partes nos rodean en este mundo de hoy. Con esperanza  espero poder transmitirles  a tod@s ustedes y a quienes ustedes me permitan compartirlo que la única esperanza certera para enfrentar el mar embravecido e incierto en que se ha convertido el mundo de hoy tiene un nombre: Jesús de nazareth, el hijo de Dios, que renunció a su condición de Dios, precisamente para darnos una salida en circunstancias como las que vive el mundo de hoy.

"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo." Apoc 3:20

Si quieres darle una oportunidad, no esperes, detén tu camino, busca un lugar tranquilo y haz esta oración para darle un nuevo rumbo a tu vida:

“Señor Jesús, en este instante y con toda la libertad con que me creaste te pido que vengas a mi vida. Ayúdame en medio del dolor y las angustias que estoy viviendo.

Creo que tú llevaste la cruz, que a mí me correspondía cargar, por todos mis errores y pecados. Y que al derramar tu preciosa sangre, lo hiciste pensando en mi y con ella pagaste mi total libertad de satanás y de la muerte. Y con tu resurrección me abriste camino a la vida eterna junto a Tí

En esta hora, con todo mi ser te confieso y proclamo como mi único Señor y Dios.
Renuncio a mi pasado, renuncio a satanás y a su influencia en mi vida y te pido que vengas a ser Señor de todas las áreas de mi vida.
A los pies de tu santa cruz dejo mis miedos, ansiedades, enfermedades, angustias, mi vida entera y ruego que nunca permitas que nada ni nadie me vuelva a separar de ti.”
Gracias Señor amado por escuchar mi oración y todo lo pido en tu santo nombre mi buen Jesús.” Amén

Llamado a la iglesia y al mundo







En el mes de mayo recién pasado, cuatro cardenales, varios obispos, científicos y teólogos, todos ellos claramente posicionados contra el papa Francisco, han firmado una carta en la que denuncian que las medidas que se están aplicando para frenar el coronavirus son un "pretexto" para acabar con la libertad de culto, de expresión y de movimiento. La carta ha sido redactada por el ex nuncio en Estados Unidos, monseñor Carlo Maria Viganò.

El documento titulado "Por la Iglesia y por el mundo" ha sido firmado por los cardenales Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino; Gerhard Ludwig Müller, exprefecto de Doctrina de la Fe; Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong y Janis Pujats, arzobispo emérito de Riga (Letonia).

Aunque tras publicarse la misiva con las firmas, el cardenal Sarah se desmarcó de la iniciativa y escribió en Twitter: "Un cardenal prefecto, miembro de la Curia romana tiene que observar una cierta restricción en asuntos políticos. No debe firmar peticiones en tales áreas. Por eso pedí explícitamente a los autores de la petición titulada 'Por la Iglesia y por el mundo' que no mencionaran mi nombre". Ante esta decisión, Viganó respondió que Sarah está  completamente de acuerdo y que tiene todas las conversaciones telefónicas grabadas para probarlo. También aparecen como firmantes el obispo de Ferrara (Italia), Luigi Negri; de Tyler (Estados Unidos), Joseph Strickland, y el auxiliar de Salzburgo (Austria), Andreas Laun, así como el teólogo Serafino Lanzetta, franciscano de la Inmaculada; el sacerdote italiano Alfredo Maria Morselli y el teólogo de la Sociedad de San Pío X, Curzio Nitoglia, además de algunos periodistas.

Asimismo, suscriben la carta algunos profesionales de la medicina, divulgadores y profesores, la mayoría italianos.


LLAMAMIENTO A LA IGLESIA Y AL MUNDO

A los fieles católicos y a todas las personas de buena voluntad :Veritas Liberabit Vos.
Juan 8:32 “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”

En este momento de gran crisis, nosotros los Pastores de la Iglesia Católica, en virtud de nuestro mandato, consideramos nuestro sagrado deber hacer un llamamiento a nuestros hermanos en el episcopado, al clero, al religioso, al santo pueblo de Dios y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Esta apelación también ha sido firmada por intelectuales, médicos, abogados, periodistas y profesionales que están de acuerdo con su contenido, y pueden suscribirlo asimismo cuantos deseen adherirse al mismo.

Los hechos han demostrado que, bajo el pretexto de la epidemia de Covid-19, los derechos inalienables de los ciudadanos en muchos casos han sido violados y sus libertades fundamentales, incluido el ejercicio de la libertad de culto, expresión y movimiento, han sido restringidas de manera desproporcionada e injustificable. La salud pública no debe ni puede convertirse en una excusa para infringir los derechos de millones de personas en todo el mundo y menos aún para que las autoridades civiles eludan su obligación de obrar con prudencia en pro del bien común. Esto es particularmente cierto a medida que surgen dudas planteadas por muchos en torno a la verdadera capacidad de contagio, peligrosidad y resistencia del virus. Muchas voces autorizadas en el mundo de la ciencia y la medicina confirman que el alarmismo de los medios sobre Covid-19 parece estar absolutamente injustificado.

Tenemos razones para creer, sobre la base de datos oficiales, sobre la incidencia de la epidemia en relación con el número de muertes, que hay poderes interesados en crear pánico entre la población mundial con el único objetivo de imponer permanentemente formas inaceptables de restricción sobre libertades, de controlar a las personas y de seguir sus movimientos. La imposición de estas medidas iliberales es un preludio inquietante para la realización de un Gobierno Mundial que escapa de todo tipo de controles.

También creemos que en algunas situaciones las medidas de protección que se adoptaron, incluido el cierre de tiendas y negocios, han desencadenado en una crisis que ha derribado sectores enteros de la economía, favoreciendo con ello la interferencia de potencias extranjeras y tiene graves repercusiones sociales y políticas. Aquellos con responsabilidad gubernamental deben detener estas formas de ingeniería social, tomando medidas para proteger a sus ciudadanos a quienes representan, y en cuyo interés tienen una obligación seria de actuar. Del mismo modo, ayúdese igualmente a la familia, la célula de la sociedad, al no penalizar injustificadamente a los débiles y ancianos, obligándolos a una separación dolorosa de sus seres queridos. La criminalización de las relaciones personales y sociales también debe juzgarse como una parte inaceptable del plan de quienes defienden aislar a las personas para manipularlas y controlarlas mejor.

Pedimos a la comunidad científica que esté atenta, para que se ofrezcan curas para Covid-19 en honestidad por el bien común. Se debe hacer todo lo posible para garantizar que los intereses comerciales turbios no influyan en las elecciones de los líderes gubernamentales y los organismos internacionales. No es razonable penalizar aquellos remedios que han demostrado ser efectivos, y que a menudo son económicos, solo porque se desea dar prioridad a los tratamientos o vacunas que no son tan buenos, pero que garantizan a las compañías farmacéuticas ganancias muchos mayores y exacerban los gastos de salud pública. Recordemos también, como pastores, que para los católicos es moralmente inaceptable desarrollar o usar vacunas derivadas de material de fetos abortados.

También pedimos a los Gobernantes que garanticen que se eviten rigurosamente los medios de control sobre las personas, ya sea a través de rastreo electrónico o cualquier otra forma de búsqueda de ubicación. La lucha contra Covid-19, por grave que sea, no debe ser el pretexto para apoyar las intenciones ocultas de los organismos supranacionales que tienen intereses comerciales y políticos muy fuertes en este plan. En particular, los ciudadanos deben tener la oportunidad de rechazar estas restricciones a la libertad personal, sin que se imponga ninguna sanción a quienes no deseen usar vacunas, de los métodos de localización o cualquier otra herramienta similar.  Téngase en cuenta la flagrante contradicción que se observa entre quienes persiguen políticas de reducción drástica de la población y al mismo tiempo se presentan como salvadores de la humanidad sin tener la menor legitimación política ni social. Finalmente, la responsabilidad política de aquellos que representan a la gente no se puede dejar de ninguna manera a «expertos» que de hecho puedan reclamar un tipo de inmunidad de ser enjuiciado, lo que es inquietante por decir lo menos.

Solicitamos enérgicamente a los medios de comunicación a comprometerse a proporcionar información precisa y no penalizar la disidencia recurriendo a formas de censura, como está sucediendo ampliamente en las redes sociales, en la prensa y en la televisión. Proporcionar información precisa requiere que se dé espacio a las voces que no están alineadas con una sola forma de pensar. Esto permite a los ciudadanos evaluar conscientemente los hechos, sin ser fuertemente influenciados por las intervenciones partidistas. Un debate democrático y honesto es el mejor antídoto contra el riesgo de imponer formas sutiles de dictadura, presumiblemente peores de las que ha visto nacer y morir nuestra sociedad en épocas recientes.

Finalmente, como pastores a quienes se ha encomendado la importante misión de guiar la grey de Cristo, recordemos que la Iglesia afirma firmemente su autonomía para gobernar, adorar y enseñar. Esta autonomía y libertad son un derecho innato que Nuestro Señor Jesucristo le ha dado para alcanzar sus propios fines. Por esta razón, como pastores, afirmamos firmemente el derecho de decidir de manera autónoma sobre la celebración de la Misa y los sacramentos, así como reclamamos la autonomía absoluta en asuntos que caen dentro de nuestra jurisdicción inmediata, como las normas litúrgicas y las formas de administrar la Comunión y los Sacramentos. El Estado no tiene derecho a interferir, por ningún motivo, en la soberanía de la Iglesia. Las autoridades eclesiásticas nunca se han negado a colaborar con el Estado, pero dicha colaboración no autoriza a las autoridades civiles a imponer ningún tipo de prohibición o restricción sobre el culto público o el ejercicio del ministerio sacerdotal. Los derechos de Dios y de los fieles son la ley suprema de la Iglesia, que ella no pretende ni puede abrogar. Pedimos que se eliminen las restricciones a la celebración de ceremonias públicas.

Queremos invitar a todas las personas de buena voluntad a no eludir su deber de cooperar por el bien común, cada uno de acuerdo con su propio estado y posibilidades, y en un espíritu de caridad fraterna. Esta cooperación, auspiciada por la Iglesia, no puede prescindir sin embargo del respeto a la ley natural ni a la garantía de las libertades individuales. Los deberes civiles a los que están obligados los ciudadanos implican el reconocimiento de sus derechos por parte del Estado.

Todos estamos llamados a evaluar la situación actual de una manera consistente con la enseñanza del Evangelio. Esto significa tomar una posición: estas con Cristo o contra Cristo. No nos dejemos intimidar ni asustar por aquellos que nos quieren hacer creer que somos una minoría: el bien está mucho más difundido y poderoso de lo que el mundo nos haría creer. Estamos luchando contra un enemigo invisible que busca dividir a los ciudadanos, separar a los niños de sus padres, los nietos de sus abuelos, los fieles de sus pastores, los estudiantes de los maestros y los clientes de los vendedores. No permitamos que siglos de civilización cristiana sean borrados bajo el pretexto de un virus, y que se establezca una odiosa tiranía tecnológica, en la que personas sin nombre y sin rostro puedan decidir el destino del mundo confinándonos a una realidad virtual. Si este es el proyecto que tienen para dominarnos los poderosos de la tierra, sepan que Jesucristo, Rey y Señor de la Historia, ha prometido que «las puertas del Infierno no prevalecerán» (Mt 16:18).

Encomendamos al Dios Todopoderoso a los Gobernantes y a todos los que gobiernan el destino de las naciones, para que Él los ilumine y los guíe en este momento de gran crisis. Que recuerden que, así como el Señor nos juzgará a los Pastores por el rebaño que nos ha confiado, también juzgará a los Gobernantes de los pueblos a quienes tienen el deber de defender y gobernar.

Con fe, roguemos al Señor que proteja a la Iglesia y al mundo. Que la Santísima Virgen, Auxilio de los Cristianos, aplaste la cabeza de la antigua serpiente y derrote los planes de los hijos de la oscuridad.
8 de mayo de 2020
Nuestra Señora del Rosario de Pompeya