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Cuaresma: razones para Ayuno y Abstinencia

Ayuno y Abstinencia... ¿Para qué?


El ayuno no es un "invento" cristiano. Es una práctica religiosa universal que tiene un importante lugar en la religión islámica y en la judía. La Iglesia, siguiendo el ejemplo de Jesús (Mt. 4, 2; 17, 21; 6, 16; 9, 15), practicó el ayuno desde sus orígenes (Hech. 13, 2; 14, 22).
Muy temprano también se introdujo el "detalle" de privarse de carne. La carne, en estos tiempos faltos de "heladeras", "frezar" y "carnicerías"... era un producto muy caro que sólo consumían los pudientes. Era, por tanto, un artículo muy apto para ser "transformado" en LIMOSNA (la Iglesia siempre asoció el ayuno a la limosna).
Mucha gente hace "régimen" para adelgazar. Ello representa un esfuerzo, un sacrificio que se hace voluntariamente para lograr una buena meta: perder kilos sobrantes y ganar salud.
Ayunar (comer menos de lo que reclama el paladar y el estómago), privarse de carne (y más aún, de otros manjares) y otras muchas acciones -corporales y espirituales- que implican esfuerzo, sacrificio, en el lenguaje religioso se llaman PENITENCIA.
Los cristianos hacemos penitencia por tres motivos:
Para expresarle a Dios -mediante algo que nos "cuesta"- nuestro pesar por haber pecado, por haberle ofendido.
En recuerdo y unión a los sufrimientos de Cristo que nos redimió no "sentado en una butaca, tomando un refresco", sino colgado de la Cruz.
Para ayudar a los necesitados (transformando esa penitencia en limosna).
La auténtica penitencia cristiana no es un puro formalismo, un simple cumplir la letra sino vivir el ESPÍRITU de esas prácticas.
Por otra parte, no se trata de "sufrir por sufrir" (eso sería ridículo y hasta enfermizo). El cristiano tiene viva conciencia que la "tiranía" de los gustos corporales (paladar, estómago, comodidad...) no le producen la PAZ y la LIBERTAD que nos trajo Cristo. Dejarse esclavizar por la "ley del placer" esa que dice "date todos los gustos", "no te prives de nada", "pásala de lo mejor" no nos ayuda a asemejarnos a Cristo que "pasó por el mundo haciendo el bien".
orque queremos seguir el ejemplo de Cristo en su amor a los demás, las privaciones deben tener consecuencias caritativas: ayudar a las necesidades físicas y espirituales del prójimo. Por eso, el ayuno y la abstinencia, siempre estuvieron unidos a la LIMOSNA: nos privamos de comida, bebida, gustos, diversiones... y su costo lo donamos - en dinero o en especie- para que otros sufran menos.
Esta es el ALMA de la penitencia, el verdadero ESPIRITU de ella. La que nos hace responder al deseo del Señor: "He preferido la misericordia a los sacrificios".



Reflexiones para meditar en Cuaresma




por Pedro Alurralde, osb

Monasterio Santa María de Los Toldos





PRIMERA SEMANA DE CUARESMA



NO HAY PASCUA SIN CUARESMA



La cuaresma es un tiempo de peregrinación hacia la meta de la Pascua. No es un fin absoluto, sino un trampolín que nos sumerge en la alegría de la resurrección y del resucitado.



Las semanas que ella abarca, no son un simple trago amargo que debemos beber y descartar con una mueca de desagrado. Al contrario, aunque nos resulte difícil el comprenderlo, la cuaresma es un sacramento, una fuente de bendiciones y de gracias, que nos introduce de forma gradual, en un mejor conocimiento del misterio de Cristo. Y desplazando el pecado de nuestras vidas, nos va "gota a gota" humanizando y cristianizando.



Tenemos que recordar también que este caminar cuaresmal presenta una dimensión solidaria. Desde los cuatro puntos cardinales, la humanidad creyente se ha puesto en camino, y va convergiendo hacia la noche de la vigilia pascual. Para así llegar a dibujar en el horizonte de este año jubilar, una luminosa cruz del sur.





SEGUNDA SEMANA DE CUARESMA



LA ESPIRITUALIDAD DEL PEREGRINO



El camino cuaresmal es un camino de fe, por eso al caminante que lo recorre se lo llama peregrino. Y todo peregrino tiene que ajustarse a una serie de pautas espirituales, que le garantizarán dentro de los imprevistos del camino, arribar a la meta pascual.



Durante el recorrido, tendremos que pensar en que nuestro Dios no es un Dios de bolsillo. Dios no nos "retribuye" por los esfuerzos realizados durante la peregrinación. Él nos "regala" las ganas y las fuerzas para convertir nuestros esfuerzos en realidad.



Ahora si podemos pasar a enumerar los tres componentes espirituales básicos que ocupan "la mochila" del peregrino. Ellos son: la oración, el dominio de sí mismo y la solidaridad.



No es cuestión de elegir solamente uno de ellos. Necesitamos recurrir a los tres, como lo veremos más adelante. No olvidemos que los grandes problemas y malentendidos de la vida espiritual se han producido cuando se ha acentuado uno en detrimento de los otros.





TERCERA SEMANA DE CUARESMA



EL OXIGENO DEL ALMA



No se podría concebir una peregrinación hacia una santuario, que no estuviera jalonada por la oración. Otro tanto tendríamos que decir de nuestro peregrinar cuaresmal. Sin la oración, nos faltaría aire para respirar la vida de la fe. Permaneceríamos inermes y sin poder avanzar hacia el horizonte pascual.



Por eso el peregrino busca intensificar su intimidad con Dios. Procura respirar "boca a boca" con el Señor dador de vida. A él recurre, necesitado de reanudar una comunicación que lo sane de su postración espiritual.



La oración tiene también un invalorable poder curativo. En una longitud de onda distinta, pero real y efectiva, la oración en el nombre del Señor Jesús, atraviesa tiempos y distancias.



El cristiano, al utilizarla con humildad, estará cumpliendo con un verdadero ministerio de la oración.

Cabe preguntarnos qué pasaría con la humanidad, continuamente acunada por la oración de los creyentes, si estos algún día dejasen de orar...





CUARTA SEMANA DE CUARESMA



CON CORAZON DE ATLETA



Afrontar una larga peregrinación sin tener en cuenta nuestro estado físico, resultaría un despropósito, y correríamos el riesgo de quedar a mitad de camino, o de hacer el resto del recorrido en una ambulancia.



Por eso, se hará necesario evaluar nuestras posibilidades para afrontar el desafío y poder asumirlo con corazón de atleta.



En nuestra vida espiritual ocurre otro tanto. Tendremos que ir entrenándonos durante la cuarentena cuaresmal, a fin de conseguir un dominio sobre nosotros mismos, que nos permita con la gracia de Dios, practicar las virtudes cristianas y combatir los vicios que nos deshumanizan.



El ayuno en el camino, no consiste en una mera acrobacia de autocontrol. De ninguna manera. Todo ayuno cristiano debe ser personal y personalizador. Personal, porque busca seguir a la persona de Cristo pobre y despojado. Personalizador, porque el peregrino, en la medida que siga a Cristo, se irá él mismo cristianizando.





QUINTA SEMANA DE CUARESMA



GLOBALIZAR LA SOLIDARIDAD



La Cuaresma es un tiempo fuerte que hay que revivir en comunión y en participación. Las peregrinaciones se realizan habitualmente en grupos solidarios, y estos proclaman a un solo Señor, un solo bautismo, y una misma fe.



Hoy estamos sumergidos en una cultura subjetiva y egoísta, alejada de los criterios evangélicos de la fraternidad. Sin embargo, estos nos recuerdan, que nuestra propia vida depende nuestro hermano.



Las grandes carencias de nuestro mundo actual, se generan en la falta de participación a todo nivel. Al no compartirse la abundancia de los bienes materiales, intelectuales y espirituales, se producen las grandes injusticias que claman al cielo.



En la sociedad de nuestros días, son pocos los que se quedan con mucho, y son muchos los que reciben cada vez menos.



Por eso, tendremos que aprovechar estos cuarenta días de entrenamiento, para aprender a compartir. Sabiendo que cuando se comparte sobra.



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