¡Jesucristo, el Mesías, el Rey ,nuestro Salvador, nace en Belén!
Amigos y hermanos, nuestra
Redentor ya viene. Estamos de fiesta con Jesús y en su presencia no hay espacio
para nada que perturbe nuestro espíritu. Fuera de nuestras vidas temores y
angustias por un futuro incierto para el mundo, no para los que creemos en sus
palabras. El llamado es a que en un momento de tranquilidad y a solas con El, reconociéndonos
débiles y llenos de errores, reconozcamos también que no podemos vivir alejados de su amor y su paz y que con humildad le invitemos a habitar en nuestro corazón.
Si estamos con EL, nada malo nos puede suceder; Si confiamos en EL, no
saldremos defraudados. San Pablo nos lo confirma en su carta a los Romanos: “¿Qué,
pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros? Antes,
en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”.
Romanos 8:31,37
Este mismo llamado a
confiar en nuestro Señor se multiplica en la Biblia. Es un llamado incesante de
amor de parte de nuestro creador a confiar con todas las fuerzas en su
protección y pasión por cada uno de nosotros sus hijos.
Si estás abatido(a), te invito a leer como una oración las
siguientes promesas de parte de nuestro Creador y que reconfortarán tu vida y
tu alma, para gloria de Dios Padre.
“Y Javhé va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te
desamparará; no temas ni te intimides.” Deuteronomio 31:8
“Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque
contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.” Salmos 27:3
“Dios
es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por
tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes
al corazón del mar.” Salmos 46:1,2
“No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos
cuando viniere, Porque Javhé será tu confianza, Y él preservará tu pie de
quedar preso.” Proverbios 3:25,26
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera;
porque en ti ha confiado.” Isaías 26:3
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis
ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.” Hebreos 13:5
“Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los
ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones;
Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ¿Y quién es
aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?” I Pedro
3:11-13
Hermanos y amigos, no
nos desanimemos ni nos sintamos desamparados. Pestes, cataclismos, fin del
mundo, desastres, rumores de guerra, son eventos de los cuales Jesucristo nos
advirtió que debían de suceder pero
confiado en el Dios de la vida no pierdas la paz en tu corazón. Tu que has sido
redimido(a) por la sangre del cordero, no des paso a la angustia ni al temor.
Date cuenta que eres parte de la familia de Dios y por ello estamos seguros
porque El mismo Dios Padre se encarga de protegernos:
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de
matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo
alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Rom 8:35-39)
La invitación que hoy tenemos es la de confiar
en el Salvador y celebrar en paz y alegría, en sobriedad y esperanza este nuevo
cumpleaños de nuestro dulce salvador.
Esta es la real celebración que todo cristiano de verdad
aclama señores. El nacimiento del esperado de los tiempos, de Jesús nuestro
Salvador.
Queridos, deléitense
con el siguiente pasaje bíblico tomado del evangelio de mateo 1:18-25
…“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando
desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había
concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería
infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel
del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas
recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu
Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a
su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho
por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá
y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con
nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había
mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo
primogénito; y le puso por nombre JESÚS.”
¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2020!
Gabriel A. Salgado P.
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