“Tú has puesto en mi corazón más alegría que en quienes
tienen trigo y vino en abundancia. Yo me acuesto tranquilo y me duermo en
seguida, pues tú, Señor, me haces vivir confiado.”(Salmo 4:7-8)
¿ Tu que lees estos 2 versículos, puedes afirmar esto hoy con absoluta certeza? Si no es así, ¿ Qué esperas para reconciliarte contigo mismo y con el Señor de la vida, tu Salvador?
En su palabra el Señor de la vida te dice: "Venid ahora, y razonemos dice el SEÑOR aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán." (Isaías 1:18)
Hermanos y amigos: Siento en lo profundo de mi ser decirles
que es tiempo de recobrar el gozo de ser hijos de Dios. Basta ya de darle la
satisfacción al enemigo de ver por doquier cristianos tristes y abatidos. En el
nombre de Jesús de Nazareth, basta ya!
Es momento de comenzar a caminar por fe
y de recuperar la alegría y la esperanza.
Sí, es verdad. El coronavirus nos atacó de sorpresa y apoyado por las editoriales de
los medios masivos de comunicación nos dejó en shock, pero es hora de recobrar el
gozo en nuestras vidas y de retomar la senda de la esperanza.
Cristianos del
mundo entero reaccionemos y gritémoslo desde
las azoteas: Nuestro Dios es más fuerte que cualquier plaga y que no hay
enfermedad, plaga ni pestilencia que sea superior a la Preciosa Sangre de
Cristo, que derramó en la cruz del calvario para nuestra salvación y protección.
Si como padres humanos; con errores y flaquezas, estamos dispuestos a darlo todo por el bien de nuestros hijos; ¿Cuanto más nuestro Padre celestial, que no dudó en entregar a su propio hijo por nuestro rescate, no hará todo para protegernos?
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